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Guerra de Independencia de Venezuela

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Revolución emancipadora, Revolución independentista y Guerra de Independencia son algunas de las denominaciones con que se conoce al proceso comprendido entre 1808 y 1823, mediante el cual Venezuela se convirtió en un Estado independiente. Antes de 1808 ya se habían manifestado deseos independentistas en Venezuela, pero ese año es cuando culmina el largo proceso de gestación que eventualmente conduciría a la única guerra librada contra una nación extranjera en la historia del país. Su culminación significó la independencia de Venezuela, y de una manera u otra, la de otras naciones de América del Sur.

La guerra entre España y Venezuela duró 12 años, tuvo pocas variaciones en su intensidad exceptuando los 5 meses sin hostilidades acordados en el Armisticio de Trujillo de noviembre de 1820, y lejos de ser un mero enfrentamiento entre españoles y americanos, incluyó brotes de guerra civil que afectaron la estabilidad de la nación en los años por venir.

Conceptualmente, puede dividirse en dos partes. Una donde más que una guerra, el conflicto es una insurrección, ya que Venezuela era una parte integrante del Estado español. Y otra a partir del Armisticio de 1820, donde la guerra adquiere carácter internacional por el reconocimiento por parte de España de la existencia de la República de Colombia, el gran estado del cual Venezuela formaba parte.

De cualquier manera, fueron los éxitos y fracasos tanto de españoles como venezolanos los que determinaron los varios momentos históricos en los que se puede dividir la lucha por la independencia de Venezuela. Simón Bolívar los llamó "períodos", pero hoy en día se definen como la primera (1810-1812), segunda (1813-1814) y tercera república (1817-1823) de Venezuela.

Antecedentes

Artículo principal: Movimientos precursores a la independencia de Venezuela

José Maria España

A lo largo del siglo XVIII, insurrecciones de carácter individual o colectivo habían manifestado el descontento de los venezolanos por los abusos y gravámenes a que eran sometidos por las autoridades españolas, quienes consideraban a los habitantes de las colonias como súbditos de segunda.

Pero a finales del siglo XVIII, los levantamientos se alejaron de lo meramente social o económico y se inclinaron a lo político, materializándose con los actos de rebelión de José Leonardo Chirino en Coro (1795), de Gual y España en La Guaira y Caracas (1797), la expedición mirandina de 1806 y la conspiración de los mantuanos de 1808. Entre los factores más influyentes del cambio estuvo el deseo de poder de los criollos (que poseían estatus social y económico más no político), la declaración de Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa y, sobre todo, el reinado de José I en España.

Por otro lado, había gran malestar por las restricciones comerciales que España imponía en las colonias, las cuales no podían comerciar entre sí y mucho menos con otras naciones, y que debido a las guerras internacionales de finales del siglo XVIII habían disminuido el flujo de la plata que solía llegar desde México. Además, otro motivo de irritación entre los venezolanos era el monopolio para el comercio de harinas que el ministro español Manuel Godoy le había concedido a su cuñado Miguel de la Grúa Talamanca, marqués de Branciforte y corrupto ex-virrey de México, y que éste ejercía en Venezuela a través de su agente Francisco Caballero Sarmiento.

A pesar de todo esto, lo que eventualmente sería el movimiento independentista, fue una reacción a favor de España después que Napoleón Bonaparte forzara la doble abdicación de Carlos IV y Fernando VII en 1808 y entregara la corona a su hermano José Bonaparte. La ocupación napoleónica de España fue rechazada por gran parte del pueblo, el cual se organizó en Juntas Regionales dirigidas por la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino, órgano que gobernó en nombre de Fernando VII que era prisionero de Napoleón desde la abdicación.

Estas noticias llegaron a La Guaira el 14 de julio, a bordo del bergantín de guerra francés Serpent, y en ellas no solo se anunciaba el ascenso de José I al trono de España y de las Indias, sino que también se ordenaba reconocerlo como tal. Cuando se difundió en Caracas la noticia, una manifestación recorrió las calles vitoreando a Fernando VII como legítimo rey de España y gritando contra Napoleón y los franceses.

Siguiendo el ejemplo español, el Gobernador y Capitán General se rehusó cumplir las órdenes de Madrid (ahora en poder de los franceses) y el sector económico-social más poderoso de la ciudad intentó constituir una "Junta a ejemplo de la de Sevilla" que rigiese los destinos de la Capitanía General de Venezuela. El complot es conocido como la Conspiración de los Mantuanos y aunque no duró, este sirvió de trampolín para que la ciudad se convirtiera en foco de insurgencia y pensamientos independentistas.

Ver también: Conspiración de los Mantuanos

El 19 de abril de 1810

En 1810, el ánimo de los venezolanos se vio revitalizado con los nuevos acontecimientos en España. La ocupación de Napoleón en 1808 comenzó lo que hoy se conoce como la Guerra de Independencia de España, la cual era comandada del lado español por la Junta Central. Debido a la superioridad del ejército francés, la Junta estuvo en constante movimiento y evolución y el 29 de enero pasó a denominarse el Consejo de Regencia de España e Indias con sede en la Isla de León (hoy San Fernando, Cádiz), uno de los pocos territorios no ocupados por los franceses.

Bajo la dirección de este Consejo, se organizó una Asamblea Constituyente con representantes de toda España para elaborar un cuerpo legislativo que rigiera al país tras la derrota de Napoleón, y al que la desaparecida Junta había invitado a las colonias en América con una proclama a los americanos españoles. En el marco de la guerra contra Francia, la Junta otorgaba a las colonias "los mismos derechos y prerrogativas que a la metrópoli", y elevaba a sus habitantes "a la dignidad de hombres libres". También, y sin percibir las consecuencias, la Junta escribió que "al pronunciar o al escribir el nombre del que ha de venir a representaros en el Congreso Nacional, vuestros destinos ya no dependen ni de los Ministros, ni de los Virreyes, ni de los Gobernadores; están en vuestras manos". Todas estas declaraciones, en vez de ganar el apoyo de los americanos, impulsó los ánimos que finalmente llevaron a la revolución del 19 de abril de 1810.

Para esa fecha, en Caracas se creía a España completa e irremediablemente ocupada por Francia, rumores que el Capitán General Vicente de Emparan y Orbe trató de eliminar con un manifiesto publicado en la Gaceta de Caracas del 13 de abril, pero que sólo empeoró la situación al revelar que desde hacía 2 meses no recibía noticias de Europa. Esta incertidumbre terminó el 17 siguiente con la llegada a La Guaira de un buque español con comisionados del Consejo de Regencia, quienes trajeron noticias sobre la situación en España, que a la par estaba casi completamente en poder de Francia.

Ante esta situación, el 18 de abril se reunieron en Caracas los partidarios de crear una Junta como las de España, que gobernara al país en nombre de Fernando VII en vez del de Napoleón (que sabiéndolo o no era lo que hacía Emparan) y decidieron que el día siguiente, Jueves Santo, era una buena ocasión para enfrentar públicamente al Capitán General, que debía presentarse en la Catedral de Caracas para las celebraciones. Temprano en la mañana, los miembros del Cabildo llamaron a Emparan para que se reuniera con el ellos en la sede del organismo (actual Casa Amarilla), y al llegar fue sorprendido con una sesión extraordinaria que solo el tenía la facultad de instalar y cuya legitimidad aceptó al participar en ella.

Inmediatamente se le interrogó sobre la situación en España y se le instó a crear una Junta en Venezuela presidida por el Capitán General por la ausencia de un gobierno legitimo en Madrid, pero Emparan argumentó que si había gobierno legitimo y que el mismo estaba en manos de la Regencia. A esto los venezolanos respondieron que la legitimidad de la Regencia estaba en duda ya que la misma no había sido elegida por el pueblo español como la Junta Central, pero Emparan ignoró los comentarios y, cerca de las nueve de la mañana, anunció su retiro para dirigirse a la iglesia.

Al llegar a la Catedral, los gritos de la muchedumbre allí reunida lo obligaron a regresar al Cabildo, donde la sesión se extendió por varias horas y con la presencia de otras autoridades españolas, miembros del clero, y de los revolucionarios. La discusión fue inútil y finalmente el presbítero chileno José Cortés de Madariaga pidió la renuncia del Capitán General. Para restar validez a la propuesta, Emparan se asomó al balcón que veía a la Plaza Mayor (hoy Plaza Bolívar), y en un histórico acto de torpeza preguntó a la multitud allí reunida si estaban contentos con su gobierno. A sus espaldas, el presbítero señaló al pueblo que dijeran que no, y tras una rotunda negativa, el mandatario español se limitó a responder: "¡Pues yo tampoco quiero mando!".

Su puesto fue ocupado por una Junta de Gobierno (que al comienzo se declaró "protectora de los derechos de Fernando VII") e inmediatamente se privó de mando a las autoridades españolas, se eliminaron los impuestos de alcabala sobre comestibles, el derecho de exportación, el tráfico de esclavos y se declaró la libertad de comercio. El acta redactada el mismo 19 de abril fue firmada por todos los asistentes al Cabildo extraordinario, tanto españoles como venezolanos, y fue leída por los escribanos Fausto Viaña y José Tomás Santana en varios sitios de la ciudad. Al día siguiente, los 2 presidentes del Cabildo, José de las Llamozas y Martín Tovar Ponte, dirigieron una proclama a los habitantes de Venezuela en el que informaron de lo sucedido el 19, criticaron la Regencia de Cádiz y reafirmaron la lealtad a Fernando VII.

Si bien el 19 de abril de 1810 no se declaró la independencia, ese día se dio el primer paso hacia ella, con la posterior organización del primer congreso de Venezuela el 2 de marzo y la instauración del triunvirato ejecutivo de Cristóbal de Mendoza, Juan de Escalona y Baltasar Padrón, quienes declararon la independencia el 5 de julio de 1811.

Ver también: Acta del 19 de abril de 1810

Ver también: Acta de la Independencia

Primera República

Artículo principal: Primera república
Con el nombre de Primera República se conoce en la historiografía venezolana el período transcurrido entre el 19 de abril de 1810 y el 30 de julio de 1812. Hubo cuatro campañas bélicas durante este periodo: La campaña de Coro (1810), la campaña de Valencia (1811), la campaña de Guayana (1811) y la campaña de Occidente (1812).

La campaña de Coro

Fue dispuesta por la Junta de Caracas antes de ser declarada la Independencia a fin de someter a Coro, que se había mantenido fiel a la Regencia española. A tal efecto, se formó una fuerza expedicionaria de unos 3000 combatientes bajo el mando del brigadier Francisco Rodríguez del Toro (Marqués del Toro). La campaña comenzó en la segunda quincena de mayo y tomó la vía de Caracas-Valles de Aragua-Barquisimeto-Carora-Urumaco-Coro. Entre las acciones principales están los combates de Aribanache (14 de noviembre) y Guedequis (4 de diciembre). Esta campaña no alcanzó el objetivo propuesto y para mayo de 1811 ya el Marqués del Toro había regresado a Caracas.

La campaña de Valencia

Fue la respuesta del gobierno a la insurrección que estalló en Valencia el 11 de julio de 1811, tras enterarse de la declaración de la Independencia. La disidencia había sido alentada principalmente por propaganda de los agentes del comisionado regio Antonio Ignacio de Cortabarría, residente en Puerto Rico. La campaña fue comandada por Francisco de Miranda y culminó en la capitulación de Valencia el 13 de agosto.

La campaña de Guayana

Con el objetivo de someter a los realistas de Guayana, la operación combinó fuerzas terrestres y navales procedentes de Cumaná, Margarita, Barcelona, Barinas y Caracas. Los realistas tomaron la iniciativa con ataques en Barrancas y Soledad, pero fueron derrotados en la acción del Caratal el 28 de septiembre de 1811. La ofensiva de los republicanos, por tierra y el río Orinoco, se inició en febrero de 1812 y logró sitiar Angostura, pero el 26 de marzo los realistas los obligaron a retirarse a la vez que los buques realistas derrotaban en el sitio de Sorondo a la escuadrilla republicana. Esto puso fin a la campaña.

La campaña de Occidente

Se originó en Carora por las actividades levantiscas de Juan de los Reyes Vargas y Andrés Torrellas a favor de los realistas. El gobernador de Coro, brigadier José Ceballos, envió una columna comandada por el capitán de fragata Domingo de Monteverde para apoyarlos, quien después de someter a Barquisimeto, Carora, San Carlos y otros pueblos, siguió camino a Valencia.

Francisco de Miranda marchó nuevamente desde Caracas para neutralizar la ofensiva de Monteverde, pero en Guacara la presión de los realistas lo obligaron a replegarse en La Cabrera y a fortificar El Portachuelo de Guaica, al sur del lago de Valencia. Estos puntos fueron tomados por los realistas y gracias a la entrada del realista Eusebio Antoñanzas por San Juan de los Morros y Villa de Cura, Miranda tuvo que retirarse a La Victoria.

Allí Monteverde lanzó dos ataques contra los republicanos y en ambos fueron rechazados. Pero la defección de Puerto Cabello el 30 de junio de 1812, la rebelión de los esclavos barloventeños y la marcada inclinación de importantes áreas del país en favor de la causa realista, dieron la ventaja a Monteverde, quien impuso a Miranda la capitulación de San Mateo el 25 de julio. Mediante este acto fue desconocido cuanto se había hecho después del 5 de julio de 1811 y Monteverde se erigió como capitán general de Venezuela. La persecución que se produjo posteriormente produjo la emigración de muchos de los revolucionarios hacia Trinidad y Cartagena de Indias.

A comienzos de 1813 los que estaban en Trinidad desembarcaron en Güiria, y bajo el mando de Santiago Mariño tomaron Maturín, Cumaná y otras poblaciones. El grupo de Cartagena, con Simón Bolívar a la cabeza, llevó a cabo la Campaña Admirable, la cual se inició en San Antonio del Táchira el 14 de mayo de 1813 y concluyó en La Victoria el 4 de agosto con la capitulación de las autoridades realistas de Caracas. Con la entrada de Bolívar en esta ciudad el 6 de agosto de 1813 se inició la Segunda República, que concluyó el 11 de diciembre de 1814 con la derrota republicana en el combate de Maturín.

Ver también: Capitulación de San Mateo
Ver también: Insurrección de Valencia
Ver también: Campaña de Guayana (1811-1812)
Ver también: Insurrección de Barlovento

Segunda República

Artículo principal: Segunda república
Durante este período se organizó la administración del Estado siguiendo los criterios de Francisco Javier de Ustáriz y algunas decisiones del Libertador sobre el gobierno central, el régimen militar, la hacienda pública, la administración de justicia, las relaciones eclesiásticas, el régimen municipal y las relaciones exteriores.

Las acciones militares más notables fueron las de Mariño en oriente, la Campaña Admirable y las batallas de Niquitao, Taguanes, Bárbula, Vigirima, Araure, primera de Carabobo y segunda de La Puerta. Tras el triunfo de los realistas en el centro y occidente del país, los republicanos se retiraron a oriente, donde finalmente acabó la Segunda República.

En los 17 meses siguientes hubo poca actividad bélica por la emigración de Bolívar y otros jefes de la revolución, y la llegada de un refuerzo de 10000 soldados en abril de 1815 al mando de Pablo Morillo. La lucha se mantuvo activa gracias al trabajo de Juan Bautista Arismendi, Francisco Esteban Gómez, José Tadeo Monagas, Pedro Zaraza, Manuel Cedeño y José Antonio Páez, mientras Bolívar buscaba apoyo para sus planes en el exterior. En este periodo de baja intensidad, Páez organizó al que sería el ejército de Apure, cuyo dominio del bajo Apure sería de gran ventaja estratégica durante la guerra.

Con la ayuda proporcionada por Haití, Bolívar condujo a las costas venezolanas 2 expediciones. La primera llegó a Juangriego el 3 de mayo de 1816 tras vencer a dos buques realistas frente a Los Frailes. En Villa del Norte (actual Santa Ana, Margarita), Bolívar es proclamado líder de la revolución y el 6 de mayo se sanciona la unidad de Venezuela, eliminándose la división que existía entre Oriente y Occidente. El 1 de junio Bolívar tomó Carúpano y el 6 de julio desembarcó en Ocumare, desde donde dirigió una campaña contra los Valles de Aragua. Esta operación fracasó y lo obligó a huir nuevamente a las Antillas.

Después de la partida de Bolívar, el resto de la expedición inició la retirada hacia el oriente del país bajo el mando del general Gregor MacGregor. Después de la victoria de los republicanos en la batalla de El Juncal el 27 de septiembre de 1816, el general de división Manuel Piar tomó el mando de las tropas y se trasladó a Guayana, donde operaba el coronel Manuel Cedeño.

La segunda expedición de Bolívar desembarcó en Barcelona el 31 de diciembre de 1816. Allí estableció su cuartel general e comenzó a planear una campaña contra Caracas con las fuerzas que operaban en Apure, Guayana y Cumaná. Una serie de inconvenientes suspendió la campaña y, en marzo de 1817, Bolívar se trasladó a Guayana y se hizo cargo de las operaciones contra el ejército de Miguel de La Torre. Con la retirada de los realistas de Angostura el 17 de julio de 1817 y de Guayana la Vieja el 3 de agosto de 1817, quedó liberada la provincia de Guayana.

Allí estableció Bolívar su cuartel general y también el gobierno de la Tercera República.

Ver también: Campaña Admirable
Ver también: Campaña de Oriente
Ver también: Batalla de Niquitao
Ver también: Batalla de Araure

Tercera República

Artículo principal: Tercera república
El establecimiento del gobierno en Guayana convirtió a esa provincia en origen de importantes campañas. En la primera mitad de 1818 se llevó a cabo la del centro, que aunque no alcanzó sus objetivos, permitió al Libertador evaluar el poder de los realistas y la capacidad del ejército republicano. Entre las acciones notables de esta operación están la batalla de Calabozo y toma de San Fernando, la penetración de Bolívar en los valles de Aragua y su derrota en Semén.

El 15 de febrero de 1819 se instaló en Angostura el segundo Congreso de Venezuela, un suceso significativo debido al apoyo que obtuvo en el ámbito internacional y que se tradujo en la llegada de combatientes europeos, principalmente británicos e irlandeses, junto a material de guerra y suministros desde Europa, Estados Unidos y las Antillas. Este logro inició un período de éxitos para los republicanos que incluyó la campaña libertadora de Nueva Granada de 1819 y la destrucción de la tercera división realista, al mando de José María Barreiro, en la batalla de Boyacá del 7 de agosto. De regreso a Venezuela, Bolívar creó la República de Colombia el 17 de diciembre de 1819, la cual se favoreció del alzamiento constitucionalista de Rafael del Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla) el 1 de enero de 1820. Riego era comandante de uno de los batallones de la expedición que se preparaba desde 1819 para sofocar la sublevación de las colonias en América, y que estaba compuesta por unos 24000 hombres, 94 piezas de artillería y unos 250 buques, 46 de ellos de guerra.

La revolución de Riego impidió la salida de estas fuerzas e impuso a Fernando VII la Constitución española de 1812, por la cual la Corona ordenó a sus funcionarios en América el cese de las hostilidades y la búsqueda de una reconciliación. Las gestiones de los realistas en Venezuela condujeron a la celebración del Armisticio de Trujillo y el Regularización de la Guerra, mediante el cual quedó derogado el decreto de guerra a muerte emitido por Bolívar en 1813.

La entrada de tropas republicanas en Maracaibo el 29 de enero de 1821, después del pronunciamiento de esta ciudad en favor de la causa de la República, fue considerada por los realistas una violación de lo pautado en Trujillo 2 meses antes, y fue causa para la ruptura del Armisticio. El 28 de abril se reanudaron las hostilidades y comenzó la campaña que culminó con la batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821. Los restos del ejército realista, bajo el mando del mariscal de campo Miguel de la Torre, se refugiaron en Puerto Cabello. Bolívar siguió a Caracas y tomó posesión de la ciudad después de la capitulación del coronel José Pereira. Una vez restablecidas en Caracas las instituciones de la República, Bolívar partió a fines de 1821 hacia el sur, donde completó la libertad de Nueva Granada, Quito y Perú entre 1822 y 1824.

Sin embargo, en Venezuela los realistas todavía controlaban Puerto Cabello y Cumaná, por lo abrigaran esperanzas de retomar el país. Con ese propósito, la Torre envió una fuerza al mando del coronel Juan Tello para apoyar la insurrección realista del coronel Pedro Inchauspe en la provincia de Coro. También preparó una expedición similar a Cumaná y mandó a los coroneles Alejo Mirabal y Antonio Ramos a organizar guerrillas en los llanos.

La liberación de Cumaná el 16 de octubre de 1821 por José Francisco Bermúdez inutilizó la ayuda de la Torre, y las acciones en los llanos terminaron con la aprehensión y muerte de Mirabal y Ramos. Sólo en la provincia de Coro la Torre tuvo éxito, logrando la capitulación de los republicanos el 9 de enero de 1822. El 4 de agosto de ese año la Torre partió para Puerto Rico, dejando al frente de las tropas realistas al mariscal de campo Francisco Tomás Morales, quien se propuso consumar la reconquista de Venezuela.

Aprovechando el éxito en Coro, Morales rompió el cerco de Puerto Cabello y se dirigió a Valencia pero fue rechazado en Naguanagua y tuvo que regresar a la costa. El 24 de agosto se embarcó con 1200 hombres rumbo a la Guajira, y comenzó a una campaña que logró tomar Maracaibo. Pero tras triunfo republicano en la batalla naval del 24 de julio de 1823, los realistas quedaron reducidos de nuevo a Puerto Cabello, la cual fue sitiada por tierra y por mar, hasta el 8 de noviembre del mismo año, cuando las fuerzas de José Antonio Páez le impusieron una capitulación.

Ver también: Congreso de Angostura
Ver también: Batalla de Carabobo
Ver también: Tratado de Regularización de la Guerra
Ver también: Batalla naval del Lago de Maracaibo

Fuentes