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Revisión del 16:55 19 jun 2006

José Antonio Páez entre 1855 y 1865

José Antonio Páez Herrera fue un militar y político venezolano, presidente de la República en tres ocasiones (1830-1835; 1839-1843; 1861-1863) y uno de los más destacados próceres de la emancipación de América Latina. Es considerado entre los principales representantes del caudillismo americano. Nació en Acarigua el 13 de junio 1790 y murió en la ciudad de Nueva York el 7 de mayo de 1873). Tío del pintor venezolano Carmelo Fernández Páez.

Desde su victoria en Mata de la Miel (febrero de 1816), hasta su participación en la batalla de Carabobo (24 de junio de 1821), pasando por los éxitos de El Yagual, Mucuritas y Las Queseras del Medio (octubre de 1816, enero de 1817 y abril de 1819, respectivamente), José Antonio Páez contribuyó con su lucha a la independencia de Venezuela.

En 1826 encabezó un movimiento de rebelión en Venezuela contra la autoridad del poder central del ejecutivo, liderado en ese entonces ante la ausencia de Bolívar quien se encontraba en campaña militar en el sur, por el Vice Presidente de la Gran Colombia Francisco de Paula Santander. Este movimiento sembró las semillas que luego culminaron con los eventos que se iniciaron en 1829 y culminan en 1830 cuando formalmente Venezuela se separa de la Gran Colombia. Esta separación dio término a la Gran Colombia y con ello la aspiración de Simón Bolívar de ver unificada en una gran nación a Sudamérica.

Sus inicios

Páez nació en Curpa, Portuguesa, Venezuela. Su familia era humilde y numerosa; su padre siendo un empleado de bajo nivel en uno de los monopolios del gobierno colonial. De estos días el mismo recuerda en su autobiografía:

"El 13 de junio de 1790 nací en una modesta casita, a orillas del riachuelo Curpa cerca del pueblo de Acarigua, cantón de Araure, provincia de Barinas, Venezuela. En la iglesia parroquial de aquel pueblo recibí las aguas del bautismo. Juan Victorio Páez y María Violante Herrera fueron mis padres, habiéndome tocado ser el penúltimo de sus hijos, y el solo que sobrevive de los ocho hermanos que éramos. Nuestra fortuna era escasísima. Mi padre servía de empleado al gobierno colonial, en el ramo del estanco de tabaco, y establecido entonces en la ciudad de Guanare, de la misma provincia, residía allí para el desempeño de sus deberes, lejos con frecuencia de mi excelente madre, que por diversos motivos jamás tuvo con sus hijos residencia fija"

A la edad de 20 años, con su padre ya fallecido, se encuentra Páez casado y ganándose la vida en el negocio del comercio de ganado.

Hacia finales de 1810 se une a un escuadrón de caballería, comandado por un antiguo patrono suyo, que había sido formado con el propósito de pelear contra el gobierno colonial. En 1813 solicita su baja del escuadrón pues tiene la intención de formar y liderar uno propio, lo cual hace, y con esto formalmente se une al ejército republicano de occidente con el rango de sargento bajo las órdenes de Manuel Antonio Pulido en Barinas

Páez, un soldado nato, al frente de su banda de escurridizos llaneros empieza a escalar en la jerarquía militar gracias a las victorias logradas contra las fuerzas reales. Y es así como se gana los apodos de "El Centauro de los Llanos" y "El León de Payara."

Páez lidera la confrontación en los llanos mientras Simón Bolívar se mantiene ocupado en el oriente del país. A principio de 1818 ambos se reúnen para discutir una mejor coordinación de sus esfuerzos bélicos. Luego de una corta campaña en el centro de Venezuela, a Páez se le ordena regresar a los Llanos occidentales, en donde logra tomar de los españoles la ciudad de San Fernando en Apure.

Las Queseras del Medio

Artículo principal: Batalla de Las Queseras del Medio
Páez venció en las seis mayores batallas que comando por sí solo, incluyendo Mata de la Miel (16 de febrero 1816), Yagual (8 de octubre de 1816), Mucuritas (2 de febrero 1817) y la toma de Las Flecheras (6 de febrero 1818), siendo la más célebre de todas la Batalla de Las Queseras del Medio (3 de abril 1819).

En abril de 1819 Bolívar al llegar al río Arauca, un tributario del Orinoco al sur de los llanos de Apure, se encuentra junto con la división de caballería del General Páez. Juntos las fuerzas de Bolívar y los llaneros de Páez suman alrededor de 3.000 combatientes.

El ejército del General español Pablo Morillo, que se encontraba del otro lado del río sobre las Queseras del Medio, a menos de dos kilómetros de la orilla, estaba compuestos por unos 6.000 hombres.

Páez se llevaba consigo 153 llaneros y junto con sus caballos cruzó el río a nado unos tres kilómetros más arriba del campamento de Morillo. Al alcanzar la seguridad de la escarpada orilla del otro lado del río, Páez organizó a sus hombres en seis o siete pelotones y avanzó sobre la despejada sabana. Morillo al ver a Páez, ordenó organizar sus fuerzas; la vanguardia compuesta de una caballería de 800 lanceros y 200 carabineros que desplegó manteniendo en el centro su infantería y artillería. La caballería de Morillo lanzó una carga y Páez al ver esto decidió iniciar una retirada en dirección de donde estaban las unidades de infantería de Bolívar. La caballería realista dividida en dos intentaba rebosar por los flancos y rodear a los hombres de Páez, quien ordenó a uno de sus pelotones de llaneros que atacara el centro de las fuerzas reales. El propósito de esta acción era forzar a las dos columnas de la caballería realista dirigirse al centro, para Páez a último momento retirarse para evitar verse rodeado. La maniobra se ejecutó con gran rapidez y a la perfección; Páez se retiró en el último momento y ambas columnas de lanceros de la caballería española cayeron simultáneamente sobre sus propios carabineros quienes previamente habían echado pie a tierra para así poder usar sus carabinas, creándose una situación de desconcierto entre los realistas.

Es entonces en este momento, simultáneamente cuando con la caballería española convergiendo y todavía cargando en persecución, que Páez da su famosa orden -Vuelvan Caras- (algunos historiadores creen que el llamado fue el menos cándido ¡Vuelvan Carajo!, si es que en realidad hizo el llamado del todo) y ordena a sus llaneros a caer sobre el confundido enemigo. La caballería española ante el desconcierto y la confusión cae en pánico y huye, dejando atrás gran cantidad de bajas. Las pérdidas españolas sumaron 400 hombres fallecidos, mientras que Páez tan sólo perdió 8 llaneros entre muertos y heridos.

Luego de la batalla, Bolívar quien había visto la acción desde el otro lado del río le otorgó sobre el mismo campo de batalla la "Cruz de los Libertadores" a Páez y a todos los llaneros que participaron en la acción.

Batalla de Carabobo

Artículo principal: Batalla de Carabobo
Hacia finales de 1820, los independentistas habían firmado con el comandante de las tropas españolas un armisticio con su subsiguiente suspensión temporal de las hostilidades. Sin embargo el desarrollo de los eventos (cambios en la provincia de Maracaibo) hacía difícil el mantenimiento de este armisticio, por lo que en consecuencia se decidió fijar su suspensión para el 28 de abril de 1821.

A finales de abril los cinco mayores cuerpos de combate del ejército republicano empezaron a movilizarse hacia el centro del país. Algunos con el propósito de acopiarse en una sola mayor unidad de combate, y otros con la intención de colocarse estratégicamente para prevenir que unidades realistas lejos del centro del país pudieran reforzar el ejército español acampado en la región central.

Para principios de junio de 1821 el ejército republicano de 6.500 combatientes estaba organizado en tres divisiones. La 1ª división, compuesta por 2.500 hombres bajo el comando de Páez, estaba formada por dos batallones: Bravos de Apure, y Cazadores Británicos, y siete regimientos de caballería.

El 20 de junio las tres divisiones republicanas convergen desde distintas direcciones en las cercanías al oeste de la sabana de Carabobo. Con el ejército realista bien atrincherado por los flancos del centro y del sur, en la mañana del 21 de junio a Páez se le da el comando de un regimiento adicional de caballería, y se le ordena que lo lleve junto con la 1ª división bajo su mando desde su posición al oeste de los realistas hacia las colinas al norte de la sabana para desde allí bajar a enfrentar a los españoles; mientras, la 2ª división seguiría detrás de la retaguardia de Páez y la 3ª se quedaría en el centro en posición defensiva esperando el momento más adecuado para avanzar.

Al ver las fuerzas de Páez marchando en la distancia, el comandante a cargo de las fuerzas españolas, Miguel de la Torre, ordena a uno de sus batallones de elite, el Burgos, que refuerce y defienda el flaco norte. Recién al cruzar un riachuelo, el Bravos de Apure establece contacto con el Burgos y así da comienzo ese día el enfrentamiento entre los dos bandos. Inicialmente las fuerzas españolas arremeten con tal furia que los Bravos de Apure se ven obligados a replegarse en dos ocasiones para evitar ser aniquilados. Páez resuelve enviar a los Cazadores Británicos a ayudar al Bravos y juntos logran hacer retroceder a los españoles, quienes ahora están siendo reforzados por dos batallones adicionales. De la Torre envía más refuerzos al ver que el combate se intensifica en el norte. Sin embargo éste es el momento en que Páez envía su caballería al norte de las fuerzas que combaten, para que las desborde y caiga en la llanura desde atrás de las tropas realistas. Se empieza ahora a hacer evidente que la batalla se está inclinando en contra de los españoles, quienes recurren a enviar más refuerzos, los cuales reaccionan de manera desordenada, lo que ayuda a sembrar más aún el caos en sus filas. Mientras los hombres de Páez ahora ganan terreno y arremeten contra los realistas desde distintas direcciones, algunos de los batallones españoles que han sido ordenados ir a reforzar en el combate, al ver desde la distancia como sus compañeros caen, deciden desobedecer las órdenes y empiezan a retirarse buscando evitar el combate. Una vez es evidente que los republicanos están venciendo, la 2ª y 3ª división, ansiosas de participar, mueven hacia delante para enfrentar al enemigo, sin embargo el trabajo necesario para asegurar la victoria ya ha sido hecho por Páez y los hombres bajo su mando.

En la Batalla de Carabobo se selló el destino del ejército español en Venezuela. Páez mandaba la primera división, la que, seguida de la segunda al mando del general Manuel Cedeño, tuvo a su cargo la acción principal. Bolívar promovió a Páez a General en Jefe del ejército republicano en el propio terreno una vez finalizada la lucha.

En esta batalla los españoles perdieron el 65% de su tropa; los sobrevivientes se refugiaron en el castillo de Puerto Cabello, el cual fue el último reducto de los españoles en territorio y venezolano hasta que fueron expulsados de allí por Páez en 1823.

La Cosiata

Artículo principal: La Cosiata
A comienzos de agosto de ese año, Bolívar partió para Bogotá y dejó a Páez de comandante general de uno de los distritos militares en que había sido dividida Venezuela: el formado por las provincias de Caracas, Barinas, Barquisimeto y Apure.

El plan de Bolívar era unir las provincias liberadas de España en un sólo estado: La Gran Colombia, que estaba conformada por los actuales territorios de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá. Cuando la guerra contra España finalizó, los federalismos y regionalismos comenzaron a resurgir.

Mientras Bolívar estaba enfrascado en las campañas militares en el Perú, le era imposible llevar a cabo sus funciones y deberes como Presidente de la Gran Colombia. Como resultado, el centro del poder ejecutivo estaba en Bogotá bajo el liderazgo del Vicepresidente Francisco de Paula Santander, desde Nueva Granada (hoy en día Colombia y Panamá). Mientras para algunos líderes la Gran Colombia era sólo una necesidad militar, para otros era una entidad administrativa real. Así, la confusión creció entre el gobierno central en Bogotá y las provincias y municipalidades. Esto incomodó a Páez y a otros políticos venezolanos. Páez, entonces en 1826, llegó a ser la cabeza de un movimiento que fue conocido como "La Cosiata".

La Cosiata comienza en abril de 1826 como un movimiento semi espontáneo (las interpretaciones históricas difieren al respecto) de políticos y personalidades locales que apoyaban a Páez contra una decisión del Congreso en Santa Fe de Bogotá. Había presión para que Páez fuese removido de su cargo de venezolanos, quienes lo acusaban de abusar de su autoridad en relación a la implementación de órdenes provenientes de Bogotá -órdenes con las que Páez presuntamente no estaba de acuerdo-: el reclutamiento forzado de hombres para el ejército.

El Congreso en Bogotá, incluyendo a varios de los congresistas venezolanos, recibió las quejas provenientes de Venezuela, que alegaban que Páez no había entendido apropiadamente el alcance de sus órdenes y que se había excedido en su ejecución. El Congreso decidió que tenía la potestad para juzgar a Páez y le ordenó acudir a Bogotá para su juicio. Inicialmente Páez estaba dispuesto a ir. Sin embargo, irónicamente algunas de las personalidades venezolanas que estaban originalmente descontentas con Páez por ejecutar las órdenes de Santander, ahora se sentían insultados por el hecho de que su líder tuviese que ir a Bogotá a ser juzgado. Después de unos pocos días de incertidumbre y tensión en las calles, la municipalidad de Valencia rompió con Bogotá se sometió a Páez como comandante militar. En los siguientes días más municipalidades harían lo propio, incluyendo Caracas, que había la primera en acusar a Páez. Otras municipalidades y oficiales locales no se unieron a este cambio de opinión.

En julio, Santander declaró que Páez estaba en rebelión abierta contra el gobierno central. Mientras todo esto ocurría, Páez escribió a Bolívar, pidiéndole que volviera a hacerse cargo y resolviera el embrollo.

Aunque Páez y sus partidarios estaban dispuestos a tener a Bolívar como líder supremo, estaban renuentes a seguir a Santander. Y aunque querían cambios constitucionales, inicialmente querían hacerlos bajo la autoridad de Bolívar y como parte de la Gran Colombia.

Bolívar finalmente regresó de sus campañas en el sur y tomó el mando del ejecutivo hacia el año 1826, asumiendo los poderes extraordinarios que le había concedido el Congreso. Cartas conflictivas entre Santander y Bolívar, y entre Bolívar y Páez, crearon un grado de incertidumbre en cuanto a cuáles serían sus acciones. Finalmente declaró una amnistía general para todos los involucrados en La Cosiata a pesar de que a partir de entonces, cualquier desobediencia a sus órdenes sería considerada como un crimen contra el Estado. Páez recibió a Bolívar y aceptó su autoridad, y Bolívar le nombró Jefe Superior Civil y Militar de Venezuela. Esta acción confundió y decepcionó tanto a Santander en Bogotá como a los pocos oficiales en Venezuela que no habían apoyado La Cosiata, quienes fueron removidos o transferidos a otras partes, mientras los que apoyaban a Páez permanecieron o fueron subidos de rango.


Presidente

José Antonio Páez quien venía ejerciendo las funciones de jefe Civil Militar del Departamento de Venezuela (Caracas, Carabobo, Barquisimeto, Barinas y Apure) desde 1822, cargo que le fue confirmado por la Municipalidad de Valencia el 30 de diciembre de 1826, y ratificado por el Libertador en el mismo año.

Con el poder en las manos, Paez fomento y encauzo hábilmente el sentimiento separatista que era compartido por muchos individuos de la élite y de las clases populares venezolanas, lo cual resultó en una asamblea celebrada en el convento caraqueño de San Francisco a fines de noviembre de 1829 en la cual se desconoció la autoridad de Bolívar y de los órganos de gobierno de Bogotá. Con la entrega del poder a Páez en este acto, se consumó así, la separación de Venezuela de la Gran Colombia. Páez exhorta a Bolívar, el 24 de diciembre, a reconocer este hecho cumplido y el 13 de enero de 1830 establece un gobierno provisional con Miguel Peña en la Secretaría del Interior, Justicia y Policía; Diego Bautista Urbaneja en la de Hacienda y Relaciones Exteriores, y Carlos Soublette en la de Guerra y Marina.

Ese mismo día expidió un decreto donde convoca a la elección de Diputados para un Congreso Constituyente que se reuniría en la ciudad de Valencia el día 30 de abril de 1830. El 27 de febrero de 1830, se abrieron las Asambleas primarias para el nombramiento de los electores que habían de designar en cada Provincia a los Diputados al Congreso Constituyente. Por falta del número legal de Diputados, ya que sólo asistieron 33 de los 48 elegidos, la instalación del Congreso Constituyente de Venezuela se efectuó el 6 de mayo de 1830 en la ciudad de Valencia, y el mismo día, los congresistas decidieron que, hasta que se resolviera otra cosa, el General José Antonio Páez continuaría en el desempeño de las funciones del Poder Ejecutivo.

El Presidente de Venezuela se juramentó el 27 de mayo de 1830, y el 19 de julio del mismo año, se procedió a la elección del Vicepresidente. Por un voto fue electo el Licenciado Diego Bautista Urbaneja.

El Congreso Constituyente de Venezuela sancionó el 22 de septiembre de 1830 la Constitución, que debía regir la nueva República de Venezuela, y la misma fue mandada a ejecutar el 24 del mismo mes.

El primer Congreso Constitucional de la República de Venezuela se instaló en la ciudad de Valencia el 18 de marzo de 1831, y el 24 del mismo mes, fueron examinados por el Senado los Registros Eleccionarios y se practico el escrutinio legal para elegir al Presidente de la República.

Como era de esperarse, para el primer período constitucional de cuatro años, resultó electo Presidente de la República, el General José Antonio Páez, quien obtuvo 136 votos (86,07%) de los 158 electores que habían sufragado. Esta elección no fue más que el reconocimiento de una situación que se venía manifestando desde el año de 1826, ya que desde ese año, José Antonio Páez detentaba el poder material, y la República de 1831, no fue más que la expresión militar del caudillo llanero, con el apoyo de terratenientes y los militares anti-bolivarianos.

Al día siguiente, se practicó el escrutinio para elegir al primer Vicepresidente de la República, y como ninguno de los candidatos obtuvo mayoría legal, fue perfeccionada la elección y resultó designado por dos años, el Licenciado Diego Bautista Urbaneja. El 11 de abril de 1831, el General José Antonio Páez prestó juramento legal como Presidente Constitucional de Venezuela; un fragmento de su discurso ese día al tomar posesión del cargo:

La verdad es que se abre entonces uno de los mejores periodos de nuestra historia, y precisamente en lo referente a la organización política y moral de la República. Prudencia, firmeza, probidad, sagaz apreciación de la imposibilidad de separarse por entonces del jefe militar, pero a la vez valeroso propósito de vigilarlo y reducirlo; entusiasmo laborioso y consecuente para trabajar por una administración pública eficaz y equilibrar la libertad y el orden, tales fueron las virtudes de aquella generación, que logró convertir en un movimiento patriótico y legalista la desmembración de Colombia, iniciado bajo tan funestos auspicios ...

El 28 de enero de 1833 se reunió el Congreso Constitucional y realizaron el escrutinio para elegir al Vicepresidente de la República para el periodo 1833-1837. Los votos de los electores se repartieron así; General Carlos Soublette 52 (29,21%), Doctor Andrés Narvarte 31 (17,41%) General Bartolomé Salom 21 (11,79%)

Como ninguno de los candidatos obtuvo las dos terceras partes de los votos requeridos por la ley, el Congreso concretó la elección de los tres candidatos que habían obtenido la mayoría de votos. No habiendo obtenido ninguno de los tres la mayoría exigida, se realizó una nueva elección entre Soublette y Narvarte, siendo electo este último Vicepresidente de la República.

El Presidente Páez gobernó con una paz relativa durante su período, y logró una leve recuperación de la economía devastada por la guerra. Sin duda alguna, bajo su dirección se constituyó la República. Durante este período, Páez enfrenta dos crisis: la resistencia a jurar la constitución por parte del Arzobispo de Caracas, Ramón Ignacio Méndez, que terminó con la expulsión de éste, y el alzamiento de los generales José Tadeo Monagas y José Gregorio Monagas (primero con el pretexto de restituir la Gran Colombia y luego en favor de la autonomía de un Estado Oriental) que fue contenido militarmente y concluyó con un convenio entre Páez y los jefes orientales.

También tuvo que hacer frente a las revoluciones de Caracas contra los mantuanos en 1831, la de Gabante en 1834, y a otras dificultades de orden político auspiciadas por militares descontentos: unos por no intervenir directamente en la administración pública, otros por sostener caducas banderías, otros, por ser preteridos con injusticia.

Para las elecciones presidenciales del período 1835-1839, el presidente Páez apoyó al General Carlos Soublette. Un grupo de civilistas y miembros de la comunidad universitaria, apoyarían al médico José María Vargas, a pesar de la renuencia de éste a aceptar su postulación. Los militares descontentos con el régimen auparon la candidatura del General Santiago Mariño.

Tras perder las elecciones, en 1835 entrega el poder temporalmente a José María Vargas, ya que es electo para una segunda presidencia en 1838, la cual asume el 1 de febrero de 1839. En este nuevo mandato sigue ocupándose de la educación, el crédito exterior, la deuda pública contraída por la antigua República de Colombia y estudia la posibilidad de retornar los restos mortales del Libertador. En enero de 1843, es sustituido en la presidencia de la república por el general Carlos Soublette.

En Calabozo, el 4 de febrero de 1848 inicia Páez un movimiento armado contra el gobierno conservador de José Tadeo Monagas. En la batalla de Los Araguatos (10 de marzo de 1848) es derrotado por José Cornelio Muñoz, y emigra a Nueva Granada, siguiendo a Santa Marta y de allí a Curazao. El 2 de julio de 1849 invade Venezuela por la Vela de Coro; ofensiva que concluye con su derrota el 15 de agosto de 1849, en Macapo-Abajo (Edo. Cojedes) por parte del general José Laurencio Silva, quien lo remite a Caracas. Violando el armisticio con Páez, Monagas lo encarcela en Valencia y lo encarcela en el castillo de “San Antonio de la Eminencia de Cumaná”, donde lo visitan su esposa Dominga Ortiz y su hija; de allí sale el 24 de mayo de 1850 al destierro en la ciudad de Nueva York.

En esta ciudad es recibido públicamente por las autoridades, y reside allí hasta la caída de Monagas. En Noviembre de 1858 abandona los Estados Unidos escoltado de dos naves norteamericanas, llega a Venezuela el 18 de diciembre de 1858 a solicitud del presidente Julián Castro y de la Convención de Valencia, para que se encargue del ejército y de la pacificación del país, convulsionado por el alzamiento de los pro-monaguistas, liberales y federalistas. Cuando estos últimos proclaman la Federación el 20 de febrero de 1859 en Coro, el gobierno central lo nombra jefe de operaciones en la Provincia de Carabobo; pero al no obtener las amplias facultades que exige, renuncia en abril, y opta por regresar a los Estados Unidos.

A su regreso, sustituye a Pedro Gual como Jefe Supremo de la República, el 10 de septiembre de 1861. Todo el año 1862 y parte de 1863, conduce Páez la guerra contra los federalistas encabezados por Juan Crisóstomo Falcón. Finalmente se rinde con el Tratado de Coche, poniendo fin a las hostilidades en abril de 1863. Páez gobierna nominalmente en Caracas hasta mediados de junio y el 13 de agosto sale de Venezuela por tercera y última vez, estableciendo su residencia en Estados Unidos otra vez.

El 13 de julio de 1867, el gobierno de Venezuela le expide el diploma que lo acreditaba como Ilustre Prócer de la Independencia Suramericana y el 6 de mayo de 1873 muere en Nueva York. Sus restos fueron repatriados y sepultados en el Panteón Nacional, el 19 de abril de 1888.

Enlaces externos


Bandera Presidencial de Venezuela.      Presidentes de Venezuela      Escudo de armas de Venezuela.
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