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Rafael Bolívar Coronado

De La Venciclopedia

Rafael Bolivar Coronado fue un escritor y compositor venezolano nacido en Villa de Cura, estado Aragua, el 6 de junio de 1884, y fallecido en Barcelona, España, el 31 de enero de 1924. autor de las letras del Alma Llanera considerado como el segundo Himno Nacional de Venezuela.
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Nacimiento
Fecha 6 de junio, 1884
Lugar Villa de Cura, Aragua, Venezuela
Muerte
Fecha 31 de enero, 1924 (40 años)
Lugar Barcelona, España
Perfil
Profesión Escritor, compositor

Biografía

Bolívar arribó a Caracas en 1912 tras trabajar en un semanario de Villa de Cura del que era socio. En Caracas colaboró con las más importantes publicaciones de la época. Entre ellas, el El Cojo Ilustrado, El Nuevo Diario y El Universal. Posteriormente escribió las letras del Alma Llanera para Pedro Elías Gutiérrez, pieza que sirvió de apertura musical para la zarzuela del mismo nombre. Esta fue estrenada con gran éxito en Caracas en 1914, pero Bolívar escribiría más tarde que de todos mis adefesios es la letra del Alma Llanera del que más me arrepiento. Posteriormente ganó los Juegos Florales de Venezuela con el cuento El nido de azulejos.

A raíz del éxito de la obra, el presidente Juan Vicente Gómez lo premió con una beca a España, donde se convirtió en activo antigomecista. Sin dinero ni trabajo, Bolívar convenció al poeta Francisco Villaespesa para trabajar como corrector en la revista Cervantes, la cual era dirigida por el español. Fue despedido poco después tanto por los errores ortográficos en su trabajo como por pasar algunos escritos propios como si fuesen de insignes escritores latinoamericanos.

Posteriormente escribió artículos literarios y anti gomecistas para distintos periódicos, y trabajó de copiador de manuscritos en la Biblioteca Nacional de Madrid para la Editorial América, propiedad de Rufino Blanco Fombona. Sin embargo, nunca asistió a la biblioteca, limitándose a inventar cinco crónicas firmadas como Fray Nemesio de la Concepción Zapata, Maestre Juan de Ocampo, F. Salcedo Ordoñez, Diego Albéniz de la Cerrada y Mateo Montalvo de Jarama. Estas falsificaciones fueron descubiertas por Vicente Lecuna debido a la existencia de estructuras de redacción y vocablos que no existían en la época en que presuntamente se escribieron.

Lecuna avisó a Blanco Fombona, quien tras cotejar los libros contra los de la biblioteca en Madrid, confirmó que no eran iguales. En la editorial también consiguió obras falsas como El llanero (Estudio de sociología venezolana) de Daniel Mendoza, Letras españolas, primera mitad del siglo XIX de Rafael María Baralt y Obras científicas de Agustín Codazzi, entre muchas otras, incluyendo trabajos supuestos del mismo Blanco Fombona, Andrés Eloy Blanco, Andrés Bello, Juan Antonio Pérez Bonalde, Juan Vicente Gómez, Pío Gil, José Antonio Calcaño y Arturo Uslar Pietri, entre otros. En total, Coronado utilizó alrededor de 600 nombres, falsos y verdaderos, para firmar sus escritos, que incluyeron además antologías de poetas que nunca existieron. Sus escritos, que por momentos pasaron por verdaderos y fueron citados como referencias bibliográficas, han dividido la opinión de historiadores entre aquellos que le consideran un delincuente y los que lo ven como un genio, habiendo algunos que han propuesto problemas psicológicos para justificar sus acciones.

Las falsificaciones de Bolívar fueron reveladas en Venezuela en un aviso publicado en la revista Billiken el 6 de diciembre de 1919. El aviso denunció la edición de un libro con un prologo de Luis Felipe Blanco Meaño (hermano de Andrés Eloy Blanco) que este nunca escribió. En sus escritos más personales, Bolívar Coronado justificó sus acciones como asunto de necesidad, afirmando que Ellos necesitaban nombres famosos: yo necesitaba trabajar para salir de apuros que comenzaban a hacerse también famosos y que Como yo no tengo nombre en la República de las Letras, he tenido que usar el de los consagrados, porque yo no puedo darme el lujo de que me salgan telarañas en las muelas. Con su reputación manchada, Bolívar nunca volvió a Venezuela y vivió el resto de sus días marginado y en la pobreza. Murió en Barcelona, España, víctima de una epidemia de gripe.

Ver también

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