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Ciudad Bolívar

De La Venciclopedia

(Redirigido desde «Angostura»)

Ciudad Bolívar (antigua Angostura) es una ciudad de Venezuela capital del estado Bolívar y del municipio Heres

Historía

La mudanza de Santo Tomé de Guayana a la margen sur de la Angostura del Orinoco fue ordenada por el rey Carlos el 4 de junio de 1762, en atención a una instancia del capitán de fragata José Solano y Bote, quien había sido 4to comisario de la Expedición de Límites con Brasil.

En esa fecha, dispuso el Rey la separación de la antigua provincia de Guayana de la jurisdicción de Cumaná, su agregación al virreinato de Santa Fe (Bogotá) en calidad de comandancia y el nombramiento del teniente coronel Joaquín Sabás Moreno de Mendoza como titular de la misma.

Santo Tomé se mudaría a unas 34 leguas al oeste del actual pueblo Los Castillos, y a tal efecto el Rey donó 4.000 pesos para la fábrica de la iglesia y otros 17.000 pesos para gastos de traslado, favoreció a los «guayanos inmigrados» con la exoneración a perpetuidad del pago de los derechos reales y durante un año racionó con pan y carne a la totalidad de los pobladores de la Angostura.

En enero de 1764, Moreno de Mendoza llegó a Los Castillos, censó 249 habs., descontada la guarnición, y en febrero envió al teniente Francisco Guido con 50 indios a iniciar la nueva fundación. A la partida de Moreno de Mendoza, en diciembre de 1766, se había construido el fortín de San Gabriel en el lugar del mirador «Angostura» e iniciado el de San Rafael en la margen norte-o cumanesa-del río, levantado las primeras casas de la calle Real o del Orinoco y comenzando la fábrica del templo.

Su sustituto Manuel Centurión (1766-1776), demolió peñascos para abrir las primeras 6 calles empedradas del casco urbano, creó los impuestos de estanco de guarapo y de juegos de gallos para obras municipales, construyó terraplenes en los barrancos ribereños; agrandó los planos de la iglesia; instaló el Cabildo y lo dotó de rentas mediante la construcción de 11 casas y la destinación de 6 solares para residentes de la urbe, edificó un hospital y levantó un magnífico edificio que destinó a sede conjunta de la comandancia y de una escuela de primeras letras y latinidad. A fin de favorecer la construcción y mantenimiento de la ciudad, fundó por sí mismo, o se asoció, con los franciscanos observantes y los capuchinos catalanes para rodearla con 4 aldeas indígenas o mixtas que fueron las llamadas Santa Teresa de Orocopiche, San Juan Bautista de Buenavista, Santa Rosa de Maruanta y la Inmaculada Concepción de Panapana. También recurrió al arbitrio de traer familias de las provincias vecinas y para aumentar la población no vaciló en introducir a reos sacados del remoto presidio santafecino de Tunja. Igualmente, favoreció el mestizaje al estimular los matrimonios de españoles e indias.

En 1775 la Nueva Guayana de la Angostura del Orinoco contaba con 1.624 habs., albergados en unas 200 casas de cal y canto debidamente entejadas y en las vecinas aldeas llegaban a 1966. Al conocerse la remoción de Centurión, el Ayuntamiento le reconoció una diligencia y desinterés propios de un «Padre de la Patria». Cabe observar que durante los primeros 5 años de su gobierno, hasta 1771, la comandancia de Guayana fue transitoriamente transferida a la jurisdicción de Caracas o Venezuela en obsequio a la experiencia guayanesa del entonces gobernador Solano y Bote. Poco después de la partida de Centurión, la provincia quedó subordinada en lo fiscal a la Intendencia de Ejército y Real Hacienda creada en Caracas en 1776, paso este que antecedió a su definitiva agregación política y militar a la capitanía general de Venezuela en 1777.

Para ese momento, Angostura estaba consolidada y comerciaba activamente con Barinas, las Antillas y en reducida escala con la propia España. En 1790, fue elevada a la categoría de sede de la diócesis de Guayana sufragánea de la arquidiócesis de Puerto Rico y con jurisdicción sobre Cumaná (incluidas Barcelona y Maturín), Margarita, Trinidad y las islas de Barlovento. Su primer obispo fue el prelado venezolano Francisco de Ibarra. En 1795, se cumplieron 200 años de su primera fundación por obra de Antonio de Berrío y ese año el rey Carlos IV le concedió un escudo de armas con inscripción latina equivalente a «No encontrarás otra de más variada riqueza».

En 1800 fue visitada por Alejandro de Humboldt, quien la encontró dotada de un gran paseo ribereño que llegaba al embarcadero de ganado. El vecindario sufría las consecuencias de la endémica fiebre perniciosa-o fiebre de Angostura-y el ilustre viajero intervino en la polémica sobre la conveniencia o no de trasladarla; opinó que convenía regresarla al sitio de su primera fundación, al este de la boca del Caroní; consideró también que la subordinación a la provincia de Venezuela perjudicaba a Guayana, pues atribuía la discriminación del puerto de Angostura a la envidia de los comerciantes caraqueños.

En aquellos días la ciudad contaba con 9 calles empedradas; cárcel real, próxima al fortín de San Gabriel; un templo en fábrica; una capilla provisional que hacía las veces de catedral, y un hospicio o convento edificado por los franciscanos observantes en el sitio de El Cardonal (plaza Centurión). La opulencia de las misiones de los capuchinos catalanes contrastaba con la pobreza de un gobierno deficitario y endeudado con la Intendencia de Caracas y de una diócesis que ni siquiera disponía de una decorosa catedral. Al poco tiempo, el comercio de Angostura estaba controlado por una mayoría de comerciantes catalanes y en 1807 la población ascendió a unos 6000 habs.

Los sucesos caraqueños del 19 de abril de 1810 repercutieron en Angostura; el 11 y 12 de mayo el Ayuntamiento se constituyó en Junta Superior Provincial y reconoció a la Suprema Junta de Caracas como representante de la autoridad de Fernando VII.

El 13 de junio, la influencia del obispo electo José Ventura Cabello hizo que la mayoría de la Junta Provincial desconociese a Caracas en favor de los títulos del Consejo de Regencia y entonces los partidarios de la República se dedicaron a conspirar. El 26 de diciembre la Junta transfirió su autoridad al coronel Matías Farreras, quien arrestó a los conspiradores y remitió a la mayoría de ellos a los presidios de Puerto Cabello, Puerto Rico y Ceuta (África). Farreras también desbarató el cantón republicano de Soledad y despachó tropas que quemaron Cabruta y Barrancas.

Las provincias atacadas situaron tropas en Soledad, Cabruta y Barrancas, que obraban independientes entre sí, y durante meses estas se limitaron a enviar intimaciones de rendición respondidas a cañonazos por los realistas guayaneses. El 5 de diciembre de 1811, los realistas de Angostura cruzaron el Orinoco y batieron en Soledad a los barceloneses de Pedro María Freites, el 6 hicieron lo mismo en Cabruta con los caraqueños de Francisco González Moreno y ambas derrotas forzaron a los cumaneses de Manuel Villapol a salir del puerto de Barrancas. Los vencedores enviaron a España una de las banderas capturadas en Soledad y las Cortes de Cádiz premiaron «la acrisolada fidelidad» de «los leales guayaneses» con la merced de permitirles adornar su escudo con insignias y trofeos militares.

Esta experiencia provocó la unificación del mando republicano en las personas de los españoles Francisco González Moreno y de su segundo, Francisco Javier de Solá, la agregación al ejército de hombres y barcos aportados por Margarita y la remisión al Orinoco de una flotilla.

En marzo de 1812, los barcos patriotas vencieron en caño Macareo y casi simultáneamente el ejército cruzó el Orinoco para ser rechazado el 23 a las puertas de Angostura. El 26, la flota realista de Francisco de Sales Echeverría venció a la patriota de Felipe Esteves en aguas de Sorondo, cerca de Barrancas, y el 28, González Moreno y Solá cruzaron el río y abandonaron a su suerte a más de 600 combatientes.

Al producirse la capitulación de Francisco de Miranda y la pérdida de la Primera República, Guayana rechazó la insubordinación de Domingo de Monteverde contra el capitán general Fernando de Miyares y en unión de Coro y Maracaibo acató la autoridad de este funcionario. Ello no obstó para que auxiliara las operaciones de Monteverde contra las patriotas de oriente.

Mientras duró la Segunda República (1813-1814), Angostura tuvo el mismo papel que jugó Coro durante la Primera, pues se convirtió en refugio y arsenal del realismo venezolano. Angostura acuñó moneda, proveyó a José Tomás Boves de armas y dinero y brindó refugio a los jefes realistas vencidos. En 1815, la llegada del gran ejército expedicionario, mandado por Pablo Morillo, desquició al realismo guayanés, pues el general español reemplazó a los hermanos Matías y Félix Farreras y los sustituyó con oficiales foráneos y carentes de carisma caudillesco. A estas alturas, el patriota guariqueño Manuel Cedeño se había refugiado en las montañas del Caura y desde allí ayudó al general José Tadeo Monagas a cruzar el Orinoco para evadir el ejército expedicionario. Ambos jefes fueron batidos a las puertas de Angostura, el 22 de mayo de 1815, y luego de librar varias acciones se vieron forzados retornar al Caura y los llanos de Barcelona.

A fines de 1816, el general Manuel Piar siguió el ejemplo de Monagas y al igual que este fue rechazado en Angostura el 17 de enero de 1817. Este revés no amilanó al invasor, quien conservó la línea sitiadora, ocupó las misiones de los capuchinos y puso sitio a Los Castillos (Guayana la Vieja). En ese mismo momento, Bolívar pasó el Orinoco, visitó el campamento sitiador y retornó a los llanos de Guárico y Barcelona. El 11 de abril de 1817, Piar obtuvo sobre Miguel de la Torre el triunfo de San Félix y a poco Bolívar retornó a Guayana para confiar el asedio de Angostura al general José Francisco Bermúdez y reservarse para sí el mando del cerco de Los Castillos.

Durante 7 meses Angostura resistió los azotes del plomo y del hambre, y el 17 de julio de 1817 la guarnición y una multitud, calculada entre 1400 y 1800 civiles de ambos sexos, abandonó la plaza por vía fluvial después de comerse todos los animales inmundos que pudo hallar y hasta los cueros en pelo, reducidos a «mondongo» por consecuencia de prolongados hervores. Los fugitivos aguardaron en Los Castillos la llegada de Morillo y otra vez vencidos por el hambre salieron del lugar con rumbo hacia la mar el 3 de agosto de 1817. La mayoría fue capturada por los barcos del almirante Luis Brión; otros perecieron en el laberinto de los caños del delta, entre ellos el obispo Ventura Cabello y los menos arribaron a la antilla británica de Grenada. Era el fin de la Guayana española.

El levantamiento del bloqueo atrajo a la ciudad barcos de todos los tipos y banderas que traían armas, municiones y toda clase de implementos bélicos, a cambio del ganado de las misiones, las mulas del Caura y otros productos de la tierra. En breve el comercio cayó en manos de comerciantes ingleses y de otras nacionalidades venidos de las Antillas y la población de la ciudad se elevó nuevamente a 6000 hab., por obra de la concentración de efectivos militares, de la llegada de legionarios extranjeros, de los artesanos traídos de las misiones, para el astillero, la maestranza y demás instalaciones militares y los emigrados venidos de las Antillas.

El 11 de agosto de 1817, Bolívar se instaló en el palacio de Centurión; a partir de entonces, la ciudad sería sede de la jefatura suprema de la República, del novísimo Estado Mayor General, del Tribunal de Secuestros, de la Alta Corte de Justicia y de las comisiones para la repartición de los bienes secuestrados y la liquidación de la deuda nacional. El 15 de octubre, Bolívar incorporó la provincia a la República de Venezuela; y el 16, el general Piar fue fusilado en la plaza Mayor, conforme a la sentencia de un Consejo de Guerra que lo encontró culpable de los delitos de insubordinación, deserción, conspiración y sedición.

El 1 de noviembre, el jefe supremo instaló un Consejo provisional de Estado suplidor del Poder Legislativo y en la ocasión declaró a la ciudad capital provisional de Venezuela, hasta la ocupación de Caracas por las armas republicanas. El 20 de noviembre de 1818, presidió una gran asamblea cívico-militar que aprobó la declaración de la República de Venezuela contra la eventual intervención de las potencias de la Santa Alianza en favor de España.

El 15 de febrero de 1819, Bolívar instaló el segundo Congreso de Venezuela con su Discurso de Angostura. El 24 de diciembre de 1819, el Libertador se marchó para siempre de Angostura después de haber fundado la Gran República de Colombia. A estas alturas, el general Carlos Soublette ejercía la vicepresidencia de Venezuela, dado que Juan Germán Roscio había sucedido a Francisco Antonio Zea en la de Colombia y con ese carácter había trasladado el Ejecutivo a la ciudad de Cúcuta el 20 de febrero de 1821. Poco después, una ley aprobada por el Congreso de Cúcuta, incluyó a la provincia de Guayana en el departamento del Orinoco cuya capital era Cumaná.

Los años de la Angostura grancolombiana fueron pródigos en asonadas y cuartelazos, al igual que los primeros del renacimiento de Venezuela. En 1832 se produjo la llamada Rebelión de los Negros, en la cual participaron antiguos esclavos, a quienes se pretendía reducir nuevamente a servidumbre y proletarios del gremio de caleteros. El movimiento fue duramente reprimido y 6 de sus conductores ajusticiados, mientras otros fueron condenados a presidio con la pena adicional de la separación perpetua de Guayana.

El 24 de junio de 1840, el palacio de Centurión se convirtió en sede del Colegio Nacional de Guayana y el nuevo establecimiento, dirigido por Andrés Eusebio Level, reemplazó al plantel eclesiástico instalado en 1829 por el obispo Mariano de Talavera y Garcés. El 24 de junio de 1846, Angostura recibió el nombre de Ciudad Bolívar por decreto parlamentario de 31 de mayo anterior, aprobado a solicitud de un grupo de 34 notables, vecinos de Angostura. El antiguo nombre sobreviviría gracias al amargo aromático -inventado en 1824- por el médico prusiano Johann Gottlieb Benjamin Siegert y exportado a todo el mundo a partir de 1830.

En 1848, el acentuado cosmopolitismo de la urbe hizo necesaria la inauguración de cementerio para «los individuos de cualesquiera religión, secta o país sin excepción alguna». La nueva necrópolis quedó ubicada al lado de la católica y en el mismo sitio de El Cardonal.

La Guerra Federal no prosperó en Guayana y durante el bienio 1861-1863 el joven Juan Bautista Dalla-Costa reprimió eficazmente todos los intentos subversivos del liberalismo regional. Al final de la contienda, Dalla-Costa acogió a la facción del ejército conservador opuesta al Tratado de Coche, hasta que esta se disolvió por desacuerdo entre sus jefes. Dalla-Costa fracasó en su intento de continuar en el mando y, en 1867, a la caída de Juan Crisóstomo Falcón y durante el gobierno de los «azules», reasumió el poder y ejecutó, entre otras obras de progreso, la erección de un monumento a Bolívar en la plaza Mayor, la apertura de calles y la reconstrucción del palacio de Centurión como sede del Colegio Federal de Varones.

Aleccionado por la experiencia de 1863, el hábil político invocó la neutralidad del estado, a raíz del triunfo de la Revolución de Abril de 1870, pero la intransigencia de sus correligionarios conservadores los llevó a tomar la ciudad por la fuerza (1.9.1871) y a deportarlo a la Guayana inglesa. A estas alturas el empresario franco-colombiano Antonio Liccioni había fundado la Compañía Minera El Callao y los yacimientos auríferos del Yuruari, descubiertos en 1850, producían oro en abundancia.

En 1871, la rebelión de los liberales del interior de Guayana hizo que la ciudad cambiara de manos en varias ocasiones, pero la derrota de los conservadores en Apure y la llegada de un ejército y una flota liberales, comandados por los generales José Eusebio Acosta y Jacinto Gutiérrez, puso la plaza en manos del gobierno de Antonio Guzmán Blanco, y canceló su transitoria capitalidad de la errante república «azul» o conservadora (16.11.1872).

La Constitución «Suiza» de 1881 reunió a Guayana y Apure en un solo estado, llamado Bolívar, cuya Asamblea Legislativa eligió como capital a Caicara de Orinoco, en obsequio a su equidistancia de ambas secciones. En enero de 1882 se anuló esta decisión, atendiendo a una instancia del presidente estatal, Raimundo Fonseca, quien hizo notar la insuficiencia de Caicara y su carencia de edificios adecuados para el funcionamiento de las oficinas públicas. Esta unión duraría hasta 1901 y a partir de entonces el nombre de Bolívar quedó asignado al viejo estado Guayana.

En las décadas finales del siglo XIX se construyeron en la ciudad el desaparecido teatro Bolívar, el primer acueducto, el templo masónico, edificios para hospitales; y, en 1896, el obispo Antonio María Durán, pudo consagrar la catedral iniciada por Moreno de Mendoza. En esos años el Colegio Federal de Guayana, impulsado por Ramón Isidro Montes, alcanzó altísimo prestigio; y, en 1896, el Congreso de la República le concedió rango de universidad; pero el 7 de noviembre 1904, el presidente Cipriano Castro privó al instituto de la facultad de conceder títulos universitarios.

En 1892, la adhesión del gobierno estatal al continuismo del presidente Raimundo Andueza Palacio y el alzamiento legalista del general José Manuel Hernández, el Mocho, en la región del Yuruari determinaron la ocupación de la ciudad por las fuerzas gubernamentales del general Santos Carrera y su conversión en campamento militar. Todo concluyó con la victoria de Hernández a orillas del río Orocopiche y su entrada a Ciudad Bolívar el 13 de agosto.

El 23 de mayo de 1902 tuvo lugar el alzamiento del cuartel de Ciudad Bolívar, bajo el mando del comandante Ramón Cecilio Farreras, que logró sumar la mayor parte de Guayana a favor de la Revolución Libertadora. A mediados de junio de 1903, arribó a la ciudad el ejército libertador de oriente, mandado por el general Nicolás Rolando; y el 12 de julio, desembarcó en las inmediaciones de la plaza el ejército gubernamental dirigido por el general Juan Vicente Gómez.

El asalto a la plaza comenzó en la noche del 17 de julio y concluyó el 21 con la victoria de Gómez. La fecha señaló el fin de la Revolución Libertadora y fue celebrada como Día de la Paz, durante los 27 años del régimen gomecista. La paz de la ciudad no se vería turbada, hasta 1933, año en que fracasó un cuartelazo antigomecista organizado, entre otros, por el fotógrafo guayanés I.E. Rebolledo.

El 19 de octubre de 1945 sí triunfó un cuartelazo, vinculado a la llamada Revolución de Octubre y dirigido por el subteniente Carlos Camacho Paz. Una Junta de Gobierno, presidida por Julio César Paván y formada por militares y dirigentes del partido Acción Democrática, reemplazó al presidente del estado Carlos Tinoco Rodil.

La construcción de la avenida Táchira (1941), marcó el desbordamiento del casco citadino de Centurión y Dalla-Costa y la consiguiente expansión de la ciudad hacia las antiguas zonas de ensanche. La Ciudad Bolívar actual se encuentra unida al resto de Venezuela por el puente sobre el Orinoco, llamado Angostura, inaugurado el 6 de enero de 1967.

En la actualidad es sede arzobispal, alberga un núcleo de la Universidad de Oriente, dispone de 2 museos de arte. Se publican los diarios: La Tarde, El Bolivarense y El Expreso. Radiodifusoras: Radio Angostura y Radio Orinoco. Dependen de Ciudad Bolívar las parroquias: Agua Salada, Catedral, José Antonio Páez, La Sabanita, Marhuanta, Vista Hermosa, Orinoco, Panapana y Zea.

Su población, según el censo de 1990, es de 225.340 habs. La fundación de Puerto Ordaz le arrebató su secular condición de primer puerto fluvial de Venezuela.estado Bolívar