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Pedro de Berástegui

De La Venciclopedia

Pedro de Berástegui fue un químico y botánico nacido en Eslava, España, en y fallecido en Madrid, España, el 31 de julio de 1785. Visitador general de la Renta del Tabaco y juez de comisión en todas las provincias de Venezuela (1782-1784).
Nacimiento
Fecha Desconocida
Lugar Eslava, España
Muerte
Fecha 31 de julio, 1785
Lugar Madrid, España
Perfil
Profesión Químico, botánico

Biografía

Berástegui ejerció como boticario en Pamplona (España). El 7 de noviembre de 1776, se le autorizó su traslado a Venezuela para reemplazar a su hermano Pedro Labreaga, en la regencia de la botica que tenía la Compañía Guipuzcoana en Puerto Cabello; luego pasó a ser empleado de la Intendencia de Ejército y Real Hacienda como botánico, realizando estudios sobre la flora de los alrededores de Puerto Cabello, especialmente del valle de San Esteban, y haciendo acopios de ella (1779), que fueron enviados a España al Real Jardín Botánico de Madrid, acatando la petición hecha para enriquecer los conocimientos de la flora sobre la provincia de Venezuela.

Fue discípulo del sabio sueco Carlos Linneo. Hacia 1781, hizo un recorrido por el occidente de la actual Venezuela, a fin de localizar tierras para desarrollar el cultivo del tabaco con óptimo rendimiento y beneficio. Recorrió Aragua, Orituco, Barinas, Guanare, Mérida y La Grita, después de lo cual dio su dictamen y las recomendaciones pertinentes. En Aragua, señaló el uso de las tierras para el cultivo del tabaco curanegra, destinado al comercio interno de la provincia.

En mayo de 1781, estando en Mérida, remitió su informe sobre el cultivo y beneficio del tabaco en Guanare y Barinas, recomendando el cultivo de la especie de Brasil. Hizo investigaciones del salitre encontrando en la tierra de la laguna de Urao, cerca de Lagunillas, a fin de utilizarlo en la elaboración de pólvora; observó su empleo en la preparación del moo y chimó, mezclado con el tabaco curanegra, a lo que Berástegui aportó sus conocimientos señalando las proporciones comerciales de cada ingrediente, para así obtener un mejor producto. El moo se saca de las hojas de tabaco verde, se muele, se mezcla con agua en proporción y se mete en pailas hasta obtener su clarificación y espesura características; mientras que el chimó se prepara con el tabaco curado, y ha de quedar más duro; en cada caso, se añaden cantidades de la sal de urao, que deben ser muy bien batidas para que no se perciba su sabor.

Agustín Codazzi, quien reconoció a Berástegui el haber perfeccionado la elaboración de estos productos, los describió así: «...del jugo del tabaco sacan el moo y el chimó, cuyo uso es muy general en las Provincias de Mérida, Trujillo y algunas partes de Barinas. El moo y el chimó son un licor que se extrae del tabaco prensado: este licor se hierve hasta tomar la consistencia de una jalea; es lo que usan en lugar de mascar tabaco, tomando algunas porciones de este jugo y desleiéndolo en la boca como si fuese un dulce...» Además, Berástegui, recomendó la utilización de los desperdicios del tabaco para este fin, dejando las hojas en buenas condiciones para el comercio interno y externo.

Debió suspender sus actividades en Mérida por la Rebelión de los Comuneros (julio-septiembre 1781) y trasladarse a Trujillo, desde donde informó al intendente José de Ábalos sus impresiones de los acontecimientos; se le ordenó ir a El Tocuyo para velar por la seguridad y defensa de la provincia, y evitar la propagación de la sublevación. El Tocuyo era entonces, el sitio clave para el aprovisionamiento de las tropas que se enviaban contra los sublevados.

En octubre de 1781 pasó a Caracas, no sin antes seguir las instrucciones de Ábalos para inspeccionar las minas de Aroa; ya en Caracas rindió informe sobre su visita a Mérida. Fue nombrado por Ábalos, visitador general de la Renta del Tabaco y juez de comisión de la provincia de Venezuela (agosto 1782); en noviembre pidió aprobación de este nombramiento ya que Ábalos había sido sustituido por Francisco de Saavedra, quien le reconoció el cargo de visitador.

Para 1784, hizo una relación del ensayo hecho en Guanare del tabaco curaseca, como el que se trabajaba en Brasil. Regresó a España y enfermo, se radicó en Madrid (1785).

Fuente

  • María Elena Parra Pardi, Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, 2ª Edición, Caracas: Fundación Polar, 1997. Publicado en línea por el IVIC