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Mauro de Tovar

De La Venciclopedia

Mauro de Tovar y Bañez de Maldonado fue un religioso nacido en Villacastín, Segovia, España, en en1586 y fallecido en Chiapas, México, el 3 de noviembre de 1666. Obispo de Venezuela entre diciembre de 1640 y febrero de 1654. Inició las gestiones para establecer el Seminario de Caracas. Precursor de la Universidad Central de Venezuela.
Nacimiento
Fecha 1586
Lugar Villacastín, Segovia, España
Muerte
Fecha 3 de noviembre, 1666 (80 años)
Lugar Chiapas, México
Perfil
Profesión Religioso

Biografía

Nació en Segovia en 1586 de Antonio de Tovar y Bañez y Ana de Valle y Maldonado Vallejo. Su hermano, el Capitán de Infantería Martín de Tovar y Bañez de Maldonado, fue padre del futuro regidor de Caracas Manuel Felipe de Tovar y Bañez de Mendieta y ascendiente directo del futuro Presidente de Venezuela Manuel Felipe Tovar.

Tomó los hábitos en 1600 en la Iglesia del monasterio de San Benito el Real, donde fue prior y abad de la Orden de San Benito. En 1639 Felipe IV de España lo presentó como candidato a Obispo de Venezuela al Papa Urbano VIII, quien expidió bulas el 11 de octubre de 1639. Viajó a Caracas con sus sobrinos, el Capitán Manuel Felipe de Tovar y Bañez de Mendieta, Martín de Tovar y Bañez de Mendieta y Ortuño de Tovar y Bañez de Mendieta, y tomó posesión de la Sede Episcopal, el 20 de diciembre de 1640.

El 30 de enero de 1641 solicitó ante el Cabildo Eclesiástico la conversión de la iglesia parroquial de Caracas en catedral y la creación de un seminario. Sus gestiones para la creación de un aula de estudios superiores dieron origen al futuro Seminario de Santa Rosa, antecedente de la Universidad de Caracas, actual Universidad Central de Venezuela.

Debido a su temperamento y a conflictos entre el poder civil y el poder eclesiástico, Tovar tuvo un obispado polémico lleno de enfrentamientos con alcaldes, regidores, corporaciones, familias y hasta el Gobernador y Capitán General de la Provincia, Ruy Fernández de Fuenmayor. El historiador Lucas Guillermo Castillo Lara lo describió como un hombre talentoso, inteligente, ágil, honrado y apasionado en la defensa de sus ideales o los de la iglesia, "que poseía una personalidad dominante y hasta tiránica, orgulloso, despiadado y hasta arbitrario en sus procederes". En sus procedimientos, Tovar no dudó en usar la excomunión para enfrentar la disidencia.

Tovar suspendió sus pleitos con las autoridades civiles tras el terremoto de Caracas de 11 de junio de 1641, contribuyendo generosamente al socorro de la población. Pero pronto inició uno de sus grandes enfrentamientos contra la Orden de la Merced. El 29 de agosto decretó la demolición de una capilla construida en tierras de la Iglesia de San Bernabé, la cual había sido destruida por el terremoto y que los mercedarios habían construido sin su autorización. Los mercedarios se negaron a hacerlo amparados por la autoridad del Capitán General, pero el 8 de septiembre Tovar encabezó un grupo de fieles y religiosos para destruirla. Los mercedarios abandonaron Venezuela hacia Santo Domingo y la orden no regresó hasta el fin del obispado de Tovar.

El conflicto con Fernández empeoró cuando en 1642, el Capitán General organizó una expedición para recuperar la isla de Curazao, ocupada por los holandeses desde 1634. Tovar opinaba que esto ponía en peligro a Caracas al dejar desguarnecida a La Guaira en caso de ataques piratas. Por esto, en junio se negó a nombrar capellanes para la expedición y criticó públicamente a Fernández. En agosto comenzó a promover la deserción de las tropas acantonadas en La Guaira y excomulgó al capellán. A raíz de esto, la sede episcopal se convirtió en refugio de desertores y enemigos de Fernández.

A pesar de lo encumbrado del conflicto con Fernández, el mayor pleito de Tovar fue con la sociedad venezolana, a cuyos miembros llegó a excomulgar, enjuiciar y encarcelar. Muchos elevaron quejas a las cortes en España, en las cuales Tovar se defendió sus acciones, incluyendo su defensa de los indígenas ante los abusos de los encomenderos.

El caso más conocido es el de la solicitud de anulación matrimonial presentada ante el Obispo en agosto 1642 por Ana de Cepeda. Cepeda solicitó su divorcio de Pedro Navarro de Villavicencio por abusos físicos y la relación que este mantenía con su media hermana, Ximena de Ponte. Tras mes y medio sumarial Tovar ordenó prisión para Navarro y su hermana. Además, los excomulgó por no actuar en el juicio que abrió contra Elvira de Campos, la madre de ambos, por no haber bautizado a 7 de sus 10 hijos. Tovar también excomulgó a Campos, Fernández de Fuenmayor, su teniente general y los alcaldes ordinarios por su actitud frente al juicio.

El 14 de diciembre de 1642, el escándalo mermó cuando una escuadra inglesa sitia La Guaira, pero posteriormente el caso continúa con dramáticos eventos que incluyeron la fuga de Navarro y Ponte, acusaciones de abortos para ocultar la relación, amenazas de excomunión a quienes los ayudasen, y la vejación pública de Campos por encubrir el incesto. En 1643 Campos fue encerrada en la cárcel episcopal y llevada a la plaza mayor sobre un burro, desnuda y coronada con un capirote de la inquisición para ser flagelada por verdugo de la iglesia.

En reacción a estas acciones, se regaron rumores sobre la supuesta relación entre Tovar y la rica beata María Pérez (quien dio nombre a la población de Maripérez). En 1646, Gabriel Navarro de Campos, hijo de Elvira, lo acusó en Madrid de no honrar la majestad episcopal, hacer fiestas con mulatas, indias, y negras en las iglesias, ayudar a los esclavos negros en sus labores, no usar vestimentas apropiadas para su cargo, relacionarse y de pagarle a criadas para espiar a sus amos. Además lo acusó de tomar armas en la defensa de la ciudad contra corsarios y piratas.

Como miembros de la alta sociedad de Venezuela, los familiares de Navarro y Ponte acudieron a la Real Audiencia y el arzobispado metropolitano en Santo Domingo en busca de justicia. En noviembre de 1643 el gobernador pidió a Felipe IV que proveyera remedio al "estado en que ha tenido y tiene a sus vasallos el dicho señor Obispo". En marzo de 1644 la Audiencia y el arzobispado, en sede vacante, solicitaron a Tovar la entrega obligatoria de los autos del juicio. Tovar se negó y fue excomulgado por las autoridades eclesiásticas de Santo Domingo. El caso se elevó al Consejo de Indias, donde Tovar nombró un defensor. La situación era tan delicada que cuando el 29 de febrero de 1644 arribó el nuevo gobernador y capitán general Marcos Gedler y Calatayud, este toma posesión en Maracaibo para evitar conflictos con Tovar.

En 1646, el Consejo de Indias levantó las sanciones contra Tovar y le ordena evitar escándalos. En 1648, Gabriel Navarro, nombrado procurador de Caracas ante el Consejo de Indias en 1648, presentó 38 tomos de documentos y un memorial sobre los agravios de Tovar contra su familia. Finalmente, el 11 de septiembre de 1650 el Consejo de Indias nombró a Tovar obispo de Chiapas, Guatemala (hoy perteneciente a México).

La Santa Sede remitió las bulas de su traslado el 6 de abril de 1653 pero Tovar no partió hasta febrero de 1654 tras varios desacatos a autoridades reales y eclesiásticas. Fue obispo de Chiapas de 1654 hasta su muerte en 1666. Durante su administración causó conflictos similares a los de Caracas.

Tradicionalmente se le atribuye haber sacudido sus zapatillas al embarcarse en La Guaira y decir, "De Caracas no quiero ni el polvo, ahí se lo dejo".

Fuentes

▪ Avendaño Vera, Astrid. Tovar, Mauro de. Diccionario de Historia de Venezuela. 2da edición. Fundación Empresas Polar. Caracas. 1997. ISBN: 980-6397-37-I. OCLC: 633796151.