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San Felipe

De La Venciclopedia

Capital del municipio San Felipe y del estado Yaracuy. También llamado en su origen El Cerrito o Los Cerritos de Cocorote. Se formó en la última década del siglo XVII. En los inicios de la conquista del llamado Valle de las Damas, se agruparon en las inmediaciones del pueblo de doctrina San Jerónimo de Cocorote hombres provenientes de diversas regiones del país, atraídos por las feraces tierras del valle del río Yaracuy. Para el año de 1693 ya formaba un núcleo notable. Un año después se había edificado iglesia, donde el 4 de julio celebró el cura doctrinero de Guama y Cocorote, Carlos Becerra, el primer bautizo. En 1699 tenía cura propio, Juan Naranjo Suárez, y un alcalde, Simón López Varaona. Sometido el poblado a la jurisdicción política de Barquisimeto, el Cabildo de esta ciudad trató de impedir por diversos medios el poblamiento, entorpeciendo el comercio, destruyendo caminos, quemando viviendas y arrasando cultivos. Dos décadas después del poblamiento inicial, la tenacidad de sus habitantes había convertido a la región en un emporio agrícola, fuerte productor de cacao y tabaco, frutos comerciados especialmente con los holandeses, que habían establecido factorías en Tucacas y en la desembocadura del río Yaracuy, sobre las playas del Golfo Triste. Ni siquiera la estructuración definitiva del poblado hizo disminuir las represalias de los cabildantes barquisimetanos. En mayo de 1710, por orden expresa del teniente gobernador de Barquisimeto, Martín de Gaínza, se derribaron las casas del pueblo, obligándose a los vecinos a refugiarse en los campos. Siete años después de estos acontecimientos, cuando ya el vecindario contaba 2.000 habs., la orden de destrucción vino del propio gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela, Marcos Francisco Bethencourt y Castro, quien a los fines de impedir el contrabando, dispuso contra los cerritenses «...se le demuelan las casas y ranchos que tubieren, y salgan y hagan salir fuera desta jurisdicción...», orden cumplida a cabalidad. Reconstruido el poblado, en el mes de septiembre de 1724 sufrió un incendio intencional promovido por el alcalde mayor Luis López Varaona, expresamente enviado a tal fin desde Barquisimeto. Especie de Ave Fénix de las ciudades de Venezuela, renacerá de sus cenizas, esta vez sobre terrenos comunales, adquiridos por sus habitantes por compra hecha en 1699 a Francisco de Monpalao y Soler, ubicados a menos de una legua al oriente del poblado inicial. La autorización para la nueva fundación la obtuvo fray Marcelino de San Vicente el 7 de marzo de 1725. Por real cédula firmada en Sevilla el 6 de noviembre de 1729 por Felipe V, se elevó el poblado a la condición de ciudad, y para hacer efectiva esta real disposición, el gobernador Sebastián García de la Torre, con fecha 15 de octubre de 1730, designó el primer Ayuntamiento, integrado así: teniente justicia mayor, Juan Ángel de Larrea; alcalde mayor, Gerónimo Montañez y Machado; segundo alcalde, depositario general y regidor, Manuel Gerónimo Tovar; regidor decano, Bernardo de Matos; fiel ejecutor, Marcos de Figueroa; escribano, Francisco de Viñas; sargento mayor y procurador general, Sebastián Ramos Morada. Al instalarse este Ayuntamiento el día 1° de mayo de 1731, en reconocimiento al monarca reinante y en homenaje al santo de la fecha, adoptó la nueva ciudad el nombre de San Felipe, distinguiéndose con el calificativo de «El Fuerte»; dice algún autor que por la constancia y coraje de sus pobladores, aunque la opinión generalizada es que se le dio por rendir tributo a Felipe V, fuerte y poderoso Rey. Simultáneo al surgimiento de la ciudad, se instaló en sus predios la Compañía Guipuzcoana, siendo su primer factor José Lopeola. Dos meses después de funcionar como ciudad, con toda la región fue escenario del levantamiento armado de Andrés López del Rosario (Andresote), el cual duró 2 años. El 18 de abril de 1732 el gobernador de la provincia Sebastián García de La Torre, fijó definitivamente los límites de San Felipe El Fuerte, en relación a Barquisimeto y Nirgua. Su rápido crecimiento le dio jurisdicción inmediata sobre poblados más antiguos como Guama y Cocorote, así como también sobre los establecimientos misionales de San Javier de Agua de Culebras y Tinajas y los vecindarios de San Nicolás y Aroa. En enero de 1741 tuvo lugar un alzamiento popular, a cuyo frente se colocaron las autoridades de la ciudad, rechazando la excesiva injerencia en lo económico y lo político de la Compañía Guipuzcoana, y el nombramiento de Ignacio Basazábal como teniente de gobernador y justicia mayor, para evitar el contrabando en la región del Yaracuy. El 4 de enero, los notables de la ciudad y una multitud de vecinos, destituyeron a Basazábal, amenazando con responder con las armas cualquier intento por parte de las autoridades de sofocar el movimiento. El gobernador Gabriel de Zuloaga se vio obligado a parlamentar con los sublevados el 16 de ese mes, otorgando un perdón general para la población y con sanciones leves para los cabecillas, entre otros, Santiago Moneda, Pablo Arias de Escobar, Bernardo de Matos, Juan Bautista Windivoghel y Francisco Viñas. En 1748 se fundó el hospicio de los dominicos, el cual tuvo anexa escuela de primeras letras. Cuando el obispo Mariano Martí realizó su visita pastoral (enero 1782), la ciudad pasaba de 700 casas y de 900 familias y los habitantes eran más de 5.000. En los albores republicanos contaba 7.500 habs. El 30 de mayo de 1810 al Ayuntamiento se adhirió a los postulados de la revolución de Caracas, que desde el 19 de abril anterior había desconocido a las autoridades españolas. En las elecciones al Congreso realizadas el año siguiente, resultó electo diputado el abogado Juan José de Maya. El terremoto del 26 de marzo de 1812 destruyó completamente la ciudad, pereciendo más de la mitad de sus pobladores. De nuevo resurgió de entre sus ruinas, entre azares de la guerra y el empeño de sus habitantes, para llamarse San Felipe, sin calificativo alguno. En San Felipe nacieron los próceres José Gabriel Lugo y José Joaquín Veroes, que acompañaron a Bolívar en muchas campañas. Desde el 24 de junio de 1824 hasta el 29 de marzo de 1832, San Felipe formó parte, junto con todo el actual estado Yaracuy, de la provincia de Carabobo; desde esta última fecha, hasta recobrar su autonomía como entidad política el 17 de marzo de 1855, integró la provincia de Barquisimeto. Como provincia se mantuvo el Yaracuy hasta el estallido de la Guerra Federal, cuando el general Ezequiel Zamora ocupó San Felipe (28.3.1859) y proclamó el estado federal de Yaracuy. Hasta finales del pasado siglo vivió las vicisitudes de las diversas guerras civiles. Ciudad de continuo progreso, ha hecho de la agricultura y el comercio, sus fuentes principales en lo económico. Su vida cultural ha sido relevante. Desde la publicación de sus primeros periódicos, como El Lanudo, redactado en San Felipe e impreso en Valencia en la tipografía de Bartolomé Valdés en 1842, y Gaceta de Yaracuy, redactado e impreso por Luis Pérez en la ciudad, en la imprenta yaracuyana en 1855, hasta la fecha, ha visto circular numerosos periódicos. Se publica Yaracuy al Día. Existen varias radiodifusoras: Radio Alegría, Yaracuy, 1090 y Radio San Felipe El Fuerte. Posee Instituto Universitario Tecnológico, un Centro Experimental de Talleres Artísticos, Escuela de Artes Plásticas, Escuela de Música, Centro de Historia, teatro, entre otras instituciones culturales. En la década de 1970-1980 se realizó en el corazón mismo de la ciudad, la excavación e incorporación al turismo cultural, de las ruinas de San Felipe «El Fuerte». En los aledaños está el parque nacional Yurubí, que abarca una superficie de 23.670 ha, reservorio de fauna y flora, creado por decreto núm. 235 de fecha 18 de marzo de 1960. Dependen de ella las parroquias Albarico y San Javier. La capital del estado Yaracuy, censó en 1950, 17.931 habs.; en 1961, 28.744 habs.; en 1971, 42.905 habs.; en 1981, 57.526 habs. y 65.509 en 1990.

Autor: Asdrúbal González Serven Bibliografía directa: Perazzo, Nicolás. San Felipe El Fuerte. 2a ed. Caracas: Congreso de la República, 1981; Vida y proceso de Justo Maya. Caracas: Grafos, 1967; Pérez Perazzo, Oswaldo. El periodismo en San Felipe. Caracas: Tipografía Vargas, 1973; Pineda, Rafael. San Felipe El Fuerte: la Pompeya de Venezuela. San Felipe: Imprenta Oficial del Estado, 1972; Pinto C., Manuel. Documentos para la historia de la ciudad de San Felipe El Fuerte. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República, 1969; Rodríguez Rivero, Plácido Daniel. Origen y desarrollo de San Felipe El Fuerte. Caracas: Congreso de lá República, 1979; Trujillo, León. Motín y sublevación en San Felipe. Caracas: Jaime Villegas Editor, 1955.