Acciones

Diferencia entre revisiones de «Mauro de Tovar»

De La Venciclopedia

mSin resumen de edición
mSin resumen de edición
Línea 16: Línea 16:
| profesion1 = sacerdote benedictino
| profesion1 = sacerdote benedictino
| descripcion =  Obispo de Venezuela entre diciembre de 1640 y febrero de 1654. Inició las gestiones para establecer el Seminario de Caracas
| descripcion =  Obispo de Venezuela entre diciembre de 1640 y febrero de 1654. Inició las gestiones para establecer el Seminario de Caracas
|}}
|}}Nació en Segovia entre 1563 y 1621 de Antonio de Tovar y Bañez y Ana de Valle y Maldonado Vallejo, padres también del Capitan de Infanteria Martin de Tovar y Bañez de Maldonado, padre a su vez del futuro regidor de Caracas [[Manuel Felipe de Tovar y Bañez de Mendieta]] y ascendiente directo del futuro Presidente de Venezuela [[Manuel Felipe Tovar]].
Tomó los hábitos en 1600 en el convento de San Benito el Real de Valladolid, donde llega a ser prior y abad. En 1639 el papa Urbano VIII lo escoge para suceder a [[Juan López Agurto de la Mata]] en el obispado de [[Venezuela]] y le expide bulas el [[11 de octubre]] del mismo año. Tovar tomó posesión en [[Caracas]] el [[20 de diciembre]] de [[1640]]. Su obispado fue polémico debido a conflictos por las competencias entre el poder civil y el poder eclesiástico, el cual se vio exacerbado por la personalidad del obispo. Lucas Guillermo Castillo Lara lo describió como un hombre talentoso, inteligente, ágil, honrado y apasionado en la defensa de sus ideales o los de la iglesia, "que poseía una personalidad dominante y hasta tiránica, orgulloso, despiadado y hasta arbitrario en sus procederes".  


El 30 de enero de 1641 se reúne el Cabildo Eclesiástico en presencia del obispo y este pide la refacción de la iglesia parroquial de Caracas para convertirla en catedral y la creación de un seminario. Ese primer año se producen 2 conflictos que perdurarán a lo largo de su pontificado: la oposición a la fundación de un convento de la orden de los mercedarios; y la lucha de poder entre el Cabildo Eclesiástico y el Cabildo Municipal. Una forma de enfrentar la disidencia también se define: la excomunión. El terremoto que sacude a Caracas el 11 de junio de 1641 le hace deponer discrepancias con las autoridades civiles y unirse a ellas en el socorro a la población, a lo que contribuye generosamente. Sin embargo, su oposición a la orden de los mercedarios lo lleva a dictar un decreto el 29 de agosto por medio del cual ordena la demolición de la iglesia reedificada por aquellos sin previa anuencia del obispo. Los mercedarios se niegan a dar ejecución a esa orden, y en septiembre el obispo encabeza la procesión que hace efectivo el decreto; ese mismo mes excomulga al fraile de esa orden, Juan de Espinosa. La posición frente a los mercedarios la fundamenta en que estos habían menospreciado su autoridad, prevalidos en la amistad y protección del gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela, Ruy Fernández de Fuenmayor. En 1642 fray Mauro desata y enfrenta, casi simultáneamente, 2 conflictos. El primero de ellos se produce cuando el gobernador y capitán general prepara una expedición a la isla de Curazao a fin de desalojar a los holandeses y el obispo lo considera inoportuno por quedar desguarnecidas La Guaira y Caracas; cuando en junio se le solicita que nombre los capellanes de la expedición, da por respuesta una negativa y una dura crítica; y en agosto promueve, a través de otros eclesiásticos, la deserción de las tropas acantonadas en La Guaira y excomulga al capellán de la expedición. La sede episcopal se convierte en refugio de los desertores y enemigos de Fernández de Fuenmayor. Este enfrentamiento entre obispo y gobernador divide a la sociedad en bandos. El segundo conflicto ha sido sobre lo que se ha insistido reiteradamente al biografiarlo: el escándalo que se produce a raíz de su actuación en el proceso de anulación del matrimonio entre Ana de Cepeda y Pedro Navarro; en agosto de 1642 la señora de Cepeda presenta ante el obispo demanda de «divorcio», forma como se denominaba la anulación matrimonial, contra su marido Pedro Navarro por malos tratos y amancebamiento con su hermana, Jimena Ponte. Luego de mes y medio de interrogatorio de testigos, fray Mauro dispone la prisión de los hermanos, Jimena y Pedro; revive la causa pendiente contra la madre de estos por no haber bautizado a 7 de sus 10 hijos y la excomulga, al igual que a sus hijos Gabriel Navarro y Elvira Ponte, por haberse negado a presentar testigos en el juicio contra su familia. El 14 de diciembre de 1642 la sociedad caraqueña es conmovida por otro hecho: se presenta en La Guaira una escuadra inglesa y el gobernador sale a combatirla; tradicionalmente se ha señalado la presencia de fray Mauro en ese hecho; sin embargo, el historiador Castillo Lara anota que en la extensa documentación revisada por él para su obra Los mercedarios y la vida política y social de Caracas en los siglos XVII y XVIII, no encontró documento probatorio de la actuación del obispo en La Guaira. El año de 1643 se inicia y culmina con el caso Ponte. Luego de una serie de vicisitudes, entre las cuales están la condenatoria y fuga de los acusados, la amenaza de excomunión para quienes los ayudasen y la acusación, condena y vejación pública de la madre por encubridora del incesto. Los familiares, todos vinculados a las altas esferas políticas y sociales, acuden ante la Real Audiencia y el arzobispado metropolitano en Santo Domingo en demanda de justicia. En noviembre de 1643 el gobernador comunica a Felipe IV el «...estado en que ha tenido y tiene a sus vasallos el dicho señor Obispo, para que provea remedio...». Fernández de Fuenmayor, su teniente general y los alcaldes ordinarios habían sido excomulgados por su actitud frente al juicio. En marzo de 1644 los familiares logran que la Audiencia y el arzobispado, en sede vacante, soliciten al obispo la entrega obligatoria de los autos del juicio, a lo cual se niega; fray Mauro es entonces, a su vez, excomulgado por las autoridades eclesiásticas de Santo Domingo; el caso va al Consejo de Indias, ante quien el obispo nombra defensor. Entre tanto, un nuevo gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela, Marcos Gedler y Calatayud, toma posesión en Maracaibo (29.2.1644) y allí se queda hasta agosto a fin de evitar conflictos con el obispo. En 1646, el Consejo de Indias levanta sanciones contra fray Mauro y le encarga «... que siempre guardéis las leyes de estos reynos, para cumplir todo lo que debéis y sois obligado y excusar para lo adelante ocaciones de semejantes escándalos...». En 1648, Gabriel Navarro, nombrado el año anterior procurador de la ciudad de Caracas ante el Consejo de Indias, presenta 38 piezas de documentos y un memorial donde refiere los agravios hechos por el obispo contra su familia. El 11 de septiembre de 1650 el Consejo nombra a Tovar obispo de Chiapas (provincia de Guatemala, hoy perteneciente a México); el 6 de abril de 1653 la Santa Sede remite las bulas para su traslado; pero no partirá sino en febrero del año siguiente, tras varios desacatos a las autoridades reales y eclesiásticas. Legendariamente se le atribuye haber sacudido las zapatillas al embarcarse en La Guaira y decir: «De Caracas no quiero ni el polvo, ahí se lo dejo». Su obispado en Chiapas, que no estuvo exento de enfrentamientos similares a los de Caracas, lo inicia en noviembre de 1654 y culmina en noviembre de 1666 cuando fallece.
Tomó los hábitos en 1600 en la Iglesia del monasterio de San Benito el Real, donde fue prior y abad de la Orden de San Benito. En 1639 Felipe IV de España lo presentó como candidato a Obispo de Venezuela al Papa Urbano VIII, quien expidió bulas el 11 de octubre de 1639. Viajó a Caracas con sus sobrinos, el Capitán Manuel Felipe de Tovar y Bañez de Mendieta, Martín de Tovar y Bañez de Mendieta y Ortuño de Tovar y Bañez de Mendieta, y tomó posesión de la Sede Episcopal, el 20 de diciembre de 1640.  


Autor: Astrid Avendaño Vera
Debido a su temperamento y a conflictos entre el poder civil y el poder eclesiástico, Tovar tuvo un obispado polémico en que se enfrentó a alcaldes, regidores, corporaciones, personas naturales y hasta el Gobernador y Capitán General de la Provincia. El historiador Lucas Guillermo Castillo Lara lo describió como un hombre talentoso, inteligente, ágil, honrado y apasionado en la defensa de sus ideales o los de la iglesia, "que poseía una personalidad dominante y hasta tiránica, orgulloso, despiadado y hasta arbitrario en sus procederes". En sus procedimientos, Tovar no dudó en usar la excomunión para enfrentar la disidencia.


Tovar,  Mauro de
El 30 de enero de 1641 solicitó ante el Cabildo Eclesiástico la conversión de la iglesia parroquial de Caracas en catedral y la creación de un seminario. En ese primer año Tovar también se opuso a la fundación de un convento de la Orden de la Merced y enfrentó numerosos conflictos que


https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/t/tovar-mauro-de/
 
El terremoto que sacude a Caracas el 11 de junio de 1641 le hace deponer discrepancias con las autoridades civiles y unirse a ellas en el socorro a la población, a lo que contribuye generosamente. Sin embargo, su oposición a la orden de los mercedarios lo lleva a dictar un decreto el 29 de agosto por medio del cual ordena la demolición de la iglesia reedificada por aquellos sin previa anuencia del obispo. Los mercedarios se niegan a dar ejecución a esa orden, y en septiembre el obispo encabeza la procesión que hace efectivo el decreto; ese mismo mes excomulga al fraile de esa orden, Juan de Espinosa. La posición frente a los mercedarios la fundamenta en que estos habían menospreciado su autoridad, prevalidos en la amistad y protección del gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela, Ruy Fernández de Fuenmayor.
 
En 1642, Tovar desata y enfrenta, casi simultáneamente, 2 conflictos. El primero de ellos se produce cuando el gobernador y capitán general prepara una expedición a la isla de Curazao a fin de desalojar a los holandeses y el obispo lo considera inoportuno por quedar desguarnecidas La Guaira y Caracas; cuando en junio se le solicita que nombre los capellanes de la expedición, da por respuesta una negativa y una dura crítica; y en agosto promueve, a través de otros eclesiásticos, la deserción de las tropas acantonadas en La Guaira y excomulga al capellán de la expedición. La sede episcopal se convierte en refugio de los desertores y enemigos de Fernández de Fuenmayor. Este enfrentamiento entre obispo y gobernador divide a la sociedad en bandos.
 
El segundo conflicto ha sido sobre lo que se ha insistido reiteradamente al biografiarlo: el escándalo que se produce a raíz de su actuación en el proceso de anulación del matrimonio entre Ana de Cepeda y Pedro Navarro; en agosto de 1642 la señora de Cepeda presenta ante el obispo demanda de «divorcio», forma como se denominaba la anulación matrimonial, contra su marido Pedro Navarro por malos tratos y amancebamiento con su hermana, Jimena Ponte. Luego de mes y medio de interrogatorio de testigos, Tovar dispuso la prisión de los hermanos, Jimena y Pedro; revive la causa pendiente contra la madre de estos por no haber bautizado a 7 de sus 10 hijos y la excomulga, al igual que a sus hijos Gabriel Navarro y Elvira Ponte, por haberse negado a presentar testigos en el juicio contra su familia.
 
El 14 de diciembre de 1642 la sociedad caraqueña es conmovida por otro hecho: se presenta en La Guaira una escuadra inglesa y el gobernador sale a combatirla; tradicionalmente se ha señalado la presencia de Tovar en ese hecho; sin embargo, el historiador Castillo Lara anota que en la extensa documentación revisada por él para su obra Los mercedarios y la vida política y social de Caracas en los siglos XVII y XVIII, no encontró documento probatorio de la actuación del obispo en La Guaira. El año de 1643 se inicia y culmina con el caso Ponte.
 
Luego de una serie de vicisitudes, entre las cuales están la condenatoria y fuga de los acusados, la amenaza de excomunión para quienes los ayudasen y la acusación, condena y vejación pública de la madre por encubridora del incesto. Los familiares, todos vinculados a las altas esferas políticas y sociales, acuden ante la Real Audiencia y el arzobispado metropolitano en Santo Domingo en demanda de justicia. En noviembre de 1643 el gobernador comunica a Felipe IV el «...estado en que ha tenido y tiene a sus vasallos el dicho señor Obispo, para que provea remedio...». Fernández de Fuenmayor, su teniente general y los alcaldes ordinarios habían sido excomulgados por su actitud frente al juicio.
 
En marzo de 1644 los familiares logran que la Audiencia y el arzobispado, en sede vacante, soliciten al obispo la entrega obligatoria de los autos del juicio, a lo cual se niega. Tovar fue excomulgado por las autoridades eclesiásticas de Santo Domingo y el caso va al Consejo de Indias, ante quien el obispo nombra defensor. Entre tanto, un nuevo gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela, Marcos Gedler y Calatayud, toma posesión en Maracaibo (29.2.1644) y allí se queda hasta agosto a fin de evitar conflictos con el obispo.
 
En 1646, el Consejo de Indias levanta sanciones contra Tovar y le encarga «... que siempre guardéis las leyes de estos reynos, para cumplir todo lo que debéis y sois obligado y excusar para lo adelante ocaciones de semejantes escándalos...». En 1648, Gabriel Navarro, nombrado el año anterior procurador de la ciudad de Caracas ante el Consejo de Indias, presenta 38 piezas de documentos y un memorial donde refiere los agravios hechos por el obispo contra su familia.
 
El 11 de septiembre de 1650 el Consejo nombra a Tovar obispo de Chiapas (provincia de Guatemala, hoy perteneciente a México). el 6 de abril de 1653 la Santa Sede remite las bulas para su traslado; pero no partirá sino en febrero del año siguiente, tras varios desacatos a las autoridades reales y eclesiásticas. Legendariamente se le atribuye haber sacudido las zapatillas al embarcarse en La Guaira y decir: «De Caracas no quiero ni el polvo, ahí se lo dejo». Su obispado en Chiapas, que no estuvo exento de enfrentamientos similares a los de Caracas, lo inicia en noviembre de 1654 y culmina en noviembre de 1666 cuando fallece.
 
{{citar dhv | nombres = Astrid | apellidos = Avendaño Vera | titulo = Tovar, Mauro de | url = https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/t/tovar-mauro-de}}

Revisión del 11:17 27 sep 2020

Mauro de Tovar y Bañez de Maldonado fue un sacerdote benedictino nacido en España en y fallecido en Chiapas, México, el 3 de noviembre de 1666. Obispo de Venezuela entre diciembre de 1640 y febrero de 1654. Inició las gestiones para establecer el Seminario de Caracas.
Nacimiento
Fecha Desconocida
Lugar España
Muerte
Fecha 3 de noviembre, 1666
Lugar Chiapas, México
Perfil
Profesión sacerdote benedictino

Biografía

Nació en Segovia entre 1563 y 1621 de Antonio de Tovar y Bañez y Ana de Valle y Maldonado Vallejo, padres también del Capitan de Infanteria Martin de Tovar y Bañez de Maldonado, padre a su vez del futuro regidor de Caracas Manuel Felipe de Tovar y Bañez de Mendieta y ascendiente directo del futuro Presidente de Venezuela Manuel Felipe Tovar.

Tomó los hábitos en 1600 en la Iglesia del monasterio de San Benito el Real, donde fue prior y abad de la Orden de San Benito. En 1639 Felipe IV de España lo presentó como candidato a Obispo de Venezuela al Papa Urbano VIII, quien expidió bulas el 11 de octubre de 1639. Viajó a Caracas con sus sobrinos, el Capitán Manuel Felipe de Tovar y Bañez de Mendieta, Martín de Tovar y Bañez de Mendieta y Ortuño de Tovar y Bañez de Mendieta, y tomó posesión de la Sede Episcopal, el 20 de diciembre de 1640.

Debido a su temperamento y a conflictos entre el poder civil y el poder eclesiástico, Tovar tuvo un obispado polémico en que se enfrentó a alcaldes, regidores, corporaciones, personas naturales y hasta el Gobernador y Capitán General de la Provincia. El historiador Lucas Guillermo Castillo Lara lo describió como un hombre talentoso, inteligente, ágil, honrado y apasionado en la defensa de sus ideales o los de la iglesia, "que poseía una personalidad dominante y hasta tiránica, orgulloso, despiadado y hasta arbitrario en sus procederes". En sus procedimientos, Tovar no dudó en usar la excomunión para enfrentar la disidencia.

El 30 de enero de 1641 solicitó ante el Cabildo Eclesiástico la conversión de la iglesia parroquial de Caracas en catedral y la creación de un seminario. En ese primer año Tovar también se opuso a la fundación de un convento de la Orden de la Merced y enfrentó numerosos conflictos que


El terremoto que sacude a Caracas el 11 de junio de 1641 le hace deponer discrepancias con las autoridades civiles y unirse a ellas en el socorro a la población, a lo que contribuye generosamente. Sin embargo, su oposición a la orden de los mercedarios lo lleva a dictar un decreto el 29 de agosto por medio del cual ordena la demolición de la iglesia reedificada por aquellos sin previa anuencia del obispo. Los mercedarios se niegan a dar ejecución a esa orden, y en septiembre el obispo encabeza la procesión que hace efectivo el decreto; ese mismo mes excomulga al fraile de esa orden, Juan de Espinosa. La posición frente a los mercedarios la fundamenta en que estos habían menospreciado su autoridad, prevalidos en la amistad y protección del gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela, Ruy Fernández de Fuenmayor.

En 1642, Tovar desata y enfrenta, casi simultáneamente, 2 conflictos. El primero de ellos se produce cuando el gobernador y capitán general prepara una expedición a la isla de Curazao a fin de desalojar a los holandeses y el obispo lo considera inoportuno por quedar desguarnecidas La Guaira y Caracas; cuando en junio se le solicita que nombre los capellanes de la expedición, da por respuesta una negativa y una dura crítica; y en agosto promueve, a través de otros eclesiásticos, la deserción de las tropas acantonadas en La Guaira y excomulga al capellán de la expedición. La sede episcopal se convierte en refugio de los desertores y enemigos de Fernández de Fuenmayor. Este enfrentamiento entre obispo y gobernador divide a la sociedad en bandos.

El segundo conflicto ha sido sobre lo que se ha insistido reiteradamente al biografiarlo: el escándalo que se produce a raíz de su actuación en el proceso de anulación del matrimonio entre Ana de Cepeda y Pedro Navarro; en agosto de 1642 la señora de Cepeda presenta ante el obispo demanda de «divorcio», forma como se denominaba la anulación matrimonial, contra su marido Pedro Navarro por malos tratos y amancebamiento con su hermana, Jimena Ponte. Luego de mes y medio de interrogatorio de testigos, Tovar dispuso la prisión de los hermanos, Jimena y Pedro; revive la causa pendiente contra la madre de estos por no haber bautizado a 7 de sus 10 hijos y la excomulga, al igual que a sus hijos Gabriel Navarro y Elvira Ponte, por haberse negado a presentar testigos en el juicio contra su familia.

El 14 de diciembre de 1642 la sociedad caraqueña es conmovida por otro hecho: se presenta en La Guaira una escuadra inglesa y el gobernador sale a combatirla; tradicionalmente se ha señalado la presencia de Tovar en ese hecho; sin embargo, el historiador Castillo Lara anota que en la extensa documentación revisada por él para su obra Los mercedarios y la vida política y social de Caracas en los siglos XVII y XVIII, no encontró documento probatorio de la actuación del obispo en La Guaira. El año de 1643 se inicia y culmina con el caso Ponte.

Luego de una serie de vicisitudes, entre las cuales están la condenatoria y fuga de los acusados, la amenaza de excomunión para quienes los ayudasen y la acusación, condena y vejación pública de la madre por encubridora del incesto. Los familiares, todos vinculados a las altas esferas políticas y sociales, acuden ante la Real Audiencia y el arzobispado metropolitano en Santo Domingo en demanda de justicia. En noviembre de 1643 el gobernador comunica a Felipe IV el «...estado en que ha tenido y tiene a sus vasallos el dicho señor Obispo, para que provea remedio...». Fernández de Fuenmayor, su teniente general y los alcaldes ordinarios habían sido excomulgados por su actitud frente al juicio.

En marzo de 1644 los familiares logran que la Audiencia y el arzobispado, en sede vacante, soliciten al obispo la entrega obligatoria de los autos del juicio, a lo cual se niega. Tovar fue excomulgado por las autoridades eclesiásticas de Santo Domingo y el caso va al Consejo de Indias, ante quien el obispo nombra defensor. Entre tanto, un nuevo gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela, Marcos Gedler y Calatayud, toma posesión en Maracaibo (29.2.1644) y allí se queda hasta agosto a fin de evitar conflictos con el obispo.

En 1646, el Consejo de Indias levanta sanciones contra Tovar y le encarga «... que siempre guardéis las leyes de estos reynos, para cumplir todo lo que debéis y sois obligado y excusar para lo adelante ocaciones de semejantes escándalos...». En 1648, Gabriel Navarro, nombrado el año anterior procurador de la ciudad de Caracas ante el Consejo de Indias, presenta 38 piezas de documentos y un memorial donde refiere los agravios hechos por el obispo contra su familia.

El 11 de septiembre de 1650 el Consejo nombra a Tovar obispo de Chiapas (provincia de Guatemala, hoy perteneciente a México). el 6 de abril de 1653 la Santa Sede remite las bulas para su traslado; pero no partirá sino en febrero del año siguiente, tras varios desacatos a las autoridades reales y eclesiásticas. Legendariamente se le atribuye haber sacudido las zapatillas al embarcarse en La Guaira y decir: «De Caracas no quiero ni el polvo, ahí se lo dejo». Su obispado en Chiapas, que no estuvo exento de enfrentamientos similares a los de Caracas, lo inicia en noviembre de 1654 y culmina en noviembre de 1666 cuando fallece.

  • Avendaño Vera, Astrid. Tovar, Mauro de. Diccionario de Historia de Venezuela. 2da. edición. Caracas: Fundación Empresas Polar. Venezuela. 1997. OCLC: 633796151. ISBN: 980-6397-37-I