Manuel Vicente de Maya

San Felipe (Edo. Yaracuy) 10.3.1767 — Caracas 5.10.1826

Sacerdote y político. Miembro del Congreso de 1811, firmante del Acta de la Independencia, aunque fue el único diputado que se opuso a su declaración. Rector de la Universidad de Caracas (1811). Hijo de Gabriel de Maya y Tellechea y de Gerónima Vidal. Muy joven fue enviado por sus padres de San Felipe a Caracas, a seguir estudios superiores y se graduó sucesivamente en la Universidad de Caracas de bachiller en filosofía, el 10 de marzo de 1787; bachiller en derecho civil y canónico, el 20 de octubre de 1796 y de doctor en teología el 21 de febrero de 1797. Poco después de su llegada a la capital, había vestido hábitos e ingresado en el Seminario, en donde obtuvo la ordenación sacerdotal, al tiempo que proseguía sus estudios universitarios. Ya graduado, ejerció en la universidad funciones docentes como catedrático de Latinidad y Sagrados Cánones. Más tarde fue cura rector de la parroquia de La Guaira, de donde regresó a Caracas a principios de 1811 para asumir el Rectorado de la Real y Pontificia Universidad de Caracas. Estaba en curso el proceso de designación de los diputados al Congreso, convocado por la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII. El presbítero Maya fue escogido para representar a La Grita, y en esa condición se incorporó al Congreso el día de su instalación (2.3.1811). En sus actuaciones como diputado se destacó por su oposición a la declaración de la Independencia, alegando que el movimiento del 19 de abril de 1810 se había hecho en nombre de los derechos de Fernando VII y que él no había recibido de sus electores de La Grita poder para declarar la Independencia. Con entereza tomó parte en el debate más trascendental del Congreso, prolongado por 3 días, en que se planteó, discutió y aprobó la declaración de la Independencia, el 5 de julio de 1811, siendo él el único que votó en contra de ella. Sin embargo, acatando la decisión de la mayoría, firmó el Acta y continuó asistiendo a las sesiones del Congreso, donde hizo lo posible (con el apoyo de un numeroso grupo de diputados) para salvar la vida de los sublevados de Valencia que fueron juzgados y condenados a muerte. Se unió también a los demás diputados eclesiásticos para combatir la inclusión en la Constitución del artículo 180, que abolía todo fuero personal y por consiguiente el de los sacerdotes. Al ser aprobado el mencionado artículo por la mayoría, Manuel Vicente de Maya fue uno de los 8 diputados (7 eclesiásticos y un seglar) que firmaron la Constitución el 21 de diciembre de 1811, bajo protesta en lo relativo a dicho artículo. Siguió asistiendo a las sesiones del Congreso hasta mediados de febrero de 1812 en la ciudad de Caracas, y fue uno de los diputados que se trasladaron a Valencia en marzo, donde se hallaba ya el día 6, cuando se celebró la sesión preparatoria. Participó también a la reinstalación del Congreso el 16 de marzo de 1812 (cuando fue elegido presidente del mismo su hermano Juan José, diputado por San Felipe) y permaneció en Valencia hasta la clausura de las sesiones el 6 de abril. Al caer la Primera República se dedicó a sus menesteres sacerdotales, como cura de la parroquia del Sagrario en la catedral de Caracas. Fue propuesto al Rey de España como canónigo magistral de dicha catedral y nombrado, pero no pudo ocupar su lugar en el Cabildo Eclesiástico hasta que los republicanos evacuaron la ciudad de Caracas a mediados de 1814. Poco después de la entrada de las fuerzas de José Tomás Boves en la capital, Maya predicó, en agosto de 1814, un sermón implorando la asistencia divina para el buen acierto de Fernando VII en su gobierno. A la llegada del general Pablo Morillo, el padre Maya y otro canónigo fueron designados por el Cabildo Eclesiástico para formar parte de una comisión encargada de proporcionar recursos destinados al mantenimiento de las Fuerzas Armadas realistas. En octubre de ese año redactó la defensa del Cabildo Eclesiástico, acusado por algunos ultrarrealistas de haber colaborado voluntariamente con los republicanos en 1813-1814. En diciembre de 1815 es miembro de la Junta de la vacuna antivariólica restablecida en Caracas. El 25 de septiembre de 1816, siempre en su condición de canónigo magistral, firma con los demás miembros del Cabildo Eclesiástico un extenso alegato en defensa de la conducta política del arzobispo Narciso Coll y Prat, acusado por los jefes militares realistas Pablo Morillo y Salvador de Moxó, entre otros, de haber colaborado con Bolívar. Cuando el arzobispo es llamado a España, nombra el 14 de noviembre de 1816 a Maya gobernador del arzobispado con plenitud de facultades, durante su ausencia; empieza a ejercerlas en diciembre de ese año. Mientras actúa como primera autoridad eclesiástica de la arquidiócesis de Caracas, Manuel Vicente de Maya retiene su cargo de canónigo magistral, pero no participa habitualmente en las deliberaciones del Cabildo Eclesiástico. En 1818 fue nombrado en Madrid, por el Rey y consagrado en Roma por el Papa, un obispo coadjutor de Coll y Prat, fray Domingo de Silos Moreno, pero este no llegó a viajar a América y Maya continuó gobernando la arquidiócesis por Coll y Prat. El 21 de septiembre de 1817, con motivo de haberse publicado en Caracas un indulto general otorgado por Fernando VII, el gobernador del arzobispado expidió una carta pastoral en la cual exaltaba esa medida. Otro importante documento que circuló impreso, fue la carta pastoral que el padre Maya dirigió a sus feligreses el 12 de octubre de 1818, atacando a la masonería y encareciendo la conveniencia de mantenerse fieles a Fernando VII. El 6 de diciembre de 1819 publicó en Caracas un edicto contra el folleto de Rafael Diego Mérida titulado El Redactor de la Gaceta de Caracas abjura sus errores políticos y ratifica los religiosos, en el cual veía el padre Maya la influencia de las doctrinas de Baruch Espinoza, detractoras del cristianismo, condenando el folleto y a «...todas y cada una de sus cláusulas como heréticas, sediciosas, depresivas de las potestades espiritual y temporal y opuestas a las buenas costumbres...», y prohibiendo a los fieles la lectura y aun la simple posesión del folleto. Desde mediados de 1820, cuando fue jurada en Caracas la Constitución liberal de Cádiz, el presbítero Maya, además de cumplir sus funciones sacerdotales y de gobernador del arzobispado, participó en varias juntas, con otras autoridades civiles y militares, para resolver problemas de carácter económico y político, relacionados con el sostenimiento del ejército español en Venezuela y con el nombramiento de diputados a las Cortes de España. El 21 de octubre de 1820 Maya fue escogido como elector por Caracas para la elección de dichos diputados. El 5 de noviembre siguiente, cuando se divulgó que el general Pablo Morillo había recibido la autorización del Rey para regresar a España, Maya fue uno de los que le escribieron pidiéndole que retrasara su salida y permaneciese algún tiempo más a la cabeza de las fuerzas realistas en Venezuela. El 14 de febrero de 1821 recibió la noticia de que Fernando VII lo había promovido a tesorero dentro del Cabildo Eclesiástico de Caracas, pero sin dejar de ser gobernador del Arzobispado. Después de 1821 continuó residiendo en Caracas y ejerciendo canónicamente esas mismas funciones en nombre del ausente arzobispo Coll y Prat, como lo había hecho antes. Pero las autoridades republicanas, sin perseguirlo, se entendieron directamente con el deán del Cabildo Eclesiástico, canónigo José Suárez Aguado, y con este cuerpo, dejando políticamente al margen al padre Maya. Este siguió siendo gobernador eclesiástico, pero carecía de poder. Cuando llegó a Caracas la noticia de que Coll y Prat había fallecido en Madrid caducaron los poderes que Manuel Vicente de Maya había recibido de aquel, y el Cabildo Eclesiástico, como era su derecho en sede vacante, nombró vicario capitular y gobernador de la arquidiócesis al deán José Suárez Aguado el 22 de abril de 1823. Maya continuó asistiendo al Cabildo Eclesiástico como canónigo tesorero, y estuvo activo hasta mediados de 1825.

Autor: Nicolás Perazzo

Maya, Manuel Vicente de

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