Batalla de Santa Inés

Una de las principales acciones de la Guerra Federal; en ella triunfaron los federalistas al mando del general Ezequiel Zamora. Una vez reunidas sus fuerzas en Guanare, a mediados de noviembre de 1859, los generales Juan Crisóstomo Falcón y Ezequiel Zamora se trasladaron a Barinas, seguidos por el ejército gubernamental de occidente, cuyo comandante, el general Pedro E. Ramos había recibido orden de perseguirlos y batirlos. Terminado su movimiento retrógrado, los federales se establecieron en el pueblo de Santa Inés, situado a unos 36 km al SE de la ciudad de Barinas, en la margen derecha del río Santo Domingo; la concentración de sus fuerzas quedó concluida el 9 de diciembre; allí organizó el general Zamora una posición defensiva y formuló un plan que consistía en un repliegue, ejecutado por las avanzadas, para atraer al atacante a un área donde sería destruido mediante un contraataque. Las avanzadas, además de canalizar la acción de los atacantes, debían causarles el mayor desgaste posible; esto, mediante el empleo de las fuerzas situadas en 3 líneas sucesivas; la cuarta línea era la posición final; aquella donde el atacante recibiría la descarga del máximo poder de combate de la fuerza de golpe, integrada por la reserva, incrementada por las fuerzas procedentes de las líneas anteriores. Para dar cumplimiento a este plan, el general Zamora tomó el dispositivo siguiente: en el caserío La Palma fue situada la avanzada (coroneles Jesús M. Hernández y León Colina); un poco más atrás, en un trapiche y un caney, fue organizada la primera línea (general Ignacio Antonio Ortiz); la segunda línea (general Rafael Petit) quedó a unos 900 m hacia atrás; la tercera línea (general Pedro Aranguren) fue formada a 800 m de la anterior, en una encrucijada; la cuarta posición, a 800 m de la encrucijada, estaba constituida por el poblado; allí estaba la reserva. Al presentarse el atacante en La Palma, las tropas ofrecerían poca resistencia y se replegarían a la primera posición; la cual sería entregada al atacante, después de alguna resistencia; entonces los defensores ocuparían la segunda posición; de donde replegarían a la tercera y allí harían lo mismo que en la línea anterior; los atacantes quedarían entonces a merced de la fuerza de golpe (reserva). El 8 de diciembre pernoctó el ejército centralista en el pueblo de San Lorenzo, en la margen izquierda del río Santo Domingo. A la mañana siguiente, esguazó el curso de agua y avanzó hacia La Palma, donde tomó contacto con las avanzadas, las cuales abandonaron su posición y fueron a la del trapiche. Los atacantes tomaron campamento en La Palma; el 10, reiniciaron el ataque, se produjo el contacto con los defensores del trapiche (primera posición), los cuales se replegaron después de haber causado gran cantidad de bajas al atacante; concluida la acción contra la primera posición, los atacantes prosiguieron sobre la posición siguiente (segunda); esta también fue tomada después de un sangriento combate. La tarea de los atacantes consiste ahora en la conquista de la tercera posición, la encrucijada, la más fuerte de las que han sido tomadas. El general Ramos empeñó un combate a fondo con apoyo de artillería; pero la posición no pudo ser tomada; estaba previsto que allí la resistencia sería mayor, antes de que los atacantes cayesen bajo la acción de las fuerzas del poblado. El ataque llevado a cabo por Ramos, a través de un intrincado atrincheramiento, eficientemente combinado con una barrera de fuegos, degeneró en el más completo fracaso; las bajas sobrepasan la tercera parte de sus efectivos. Convencido al fin de lo infructuoso de su empresa, el general Ramos ordenó la retirada, la cual se efectuó a partir de la medianoche de ese día. El 11 al amanecer, advertida la ausencia de los atacantes, Zamora dispuso lo conveniente para la persecución de las reliquias del ejército centralista de occidente.

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Tema relacionado: Guerra Federal.

Autor: Héctor Bencomo Barrios