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Revisión actual - 14:42 27 nov 2022

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Rafael Antonio Caldera Rodríguez
38º y 44º Presidente de Venezuela
Nacimiento
Nacimiento 24 de enero, 1916
Lugar San Felipe, Yaracuy
Muerte
Fecha 24 de diciembre, 2009
Lugar Caracas, DF.
Perfil
Profesión Político
Presidencias       
38º Presidente de Venezuela
11 de marzo, 1969 - 12 de marzo, 1974
Predecesor Raúl Leoni
Sucesor Carlos Andrés Pérez
44º Presidente de Venezuela
2 de febrero, 1994 - 2 de febrero, 1999
Predecesor Carlos Andrés Pérez
Sucesor Hugo Chávez

Rafael Antonio Caldera Rodríguez fue un político venezolano nacido el 24 de enero de 1916 en San Felipe, Estado Yaracuy y fallecido el 24 de diciembre de 2009 en Caracas. Fue fundador del Partido Social Cristiano COPEI, candidato a la presidencia en varias ocasiones empezando en 1947, y Presidente de Venezuela en dos ocasiones, de 1969 a 1974 y de 1994 a 1999. Su triunfo en 1969 representó la primera transferencia pacífica de un partido a otro durante la era democrática de Venezuela.

Durante su primer periodo presidencial Caldera afrontó la pacificación del movimiento guerrillero venezolano mediante la aplicación de una amnistía general. En 1993 se separó de COPEI y formó el partido Convergencia, una coalición de partidos de izquierda (MAS, MEP, PCV) y centro-derecha (URD, MIN) con las que ganó las elecciones de 1993. Caldera murió a las 2:00 am (HLV) del 24 de diciembre de 2009 mientras dormía.[1] Al momento de su muerte padecía de mal de Parkinson.[2]

Biografía

Raúl Leoni, Rómulo Betancourt y Rafael Caldera.
Pedro Pablo Aguilar, Hilarión Cardozo, Rafael Caldera y Luis Herrera Campins
Caldera y su esposa Alicia Pietri de Caldera en foto oficial como Presidente.
Caldera en Richard Nixon en 1970.
Caldera en Richard Nixon en 1970.
Caldera en Richard Nixon en 1970.
Caldera en China con Den XiaoPing.
Con Carlos Andrés Pérez en el velorio de Rómulo Betancourt en 1981.
Con el Papa Juan Pablo II durante su visita en 1996.
Con Bill Clinton en Caracas en 1997.
Con la secretaria de Estado de los EE. UU. Madeleine Albright y el Presidente de los EE. UU. Bill Clinton en 1997.
Caldera en caricatura del Partido Comunista de Perú criticando su segunda presidencia.
Caldera en caricatura del Partido Comunista de Perú criticando su segunda presidencia.
Caldera en caricatura del Partido Comunista de Perú criticando su segunda presidencia.

Hijo de Tomás Rafael Caldera Izaguirre y Rosa Sofía Rodríguez Rivero, fue adoptado a los cinco años por su tía María Eva Rodríguez Rivero, quien estaba casada con el abogado Tomás Liscano,[3] miembros de una acaudalada familia católica. El 6 de agosto de 1941 contrajo matrimonio con Alicia Pietri de Caldera, nieta de Juan Pietri y prima de Arturo Uslar Pietri y Andres Boulton Pietri. De este único matrimonio nacieron seis hijos: Mireya, Juan José, Rafael Tomás, Alicia Helena, Cecilia, y Andrés Antonio Caldera Pietri, quien fue gobernador del estado Yaracuy entre el 15 de marzo de 1979 y el 1 de noviembre de 1982 así como parlamentario por el mismo estado.

Caldera atendió la escuela elemental en San Felipe entre 1921 y 1922. La educación primaria y secundaria la realizó entre el Colegio San Ignacio de Caracas (19231925), el Colegio Padre Delgado de Yaracuy (1926) y de nuevo en el San Ignacio entre 1927 y 1931. Posteriormente estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela entre 1931 y 1938. Durante sus estudios militó en la Juventud de Acción Católica, de la cual es secretario general, y en 1933 viajó a Roma para participar en el Congreso Iberoamericano de Estudiantes Católicos. En julio de 1935 ganó el premio Andrés Bello creado por la Academia Venezolana de la Lengua, con un ensayo sobre la vida y obra del humanista venezolano. Caldera posteriormente sería miembro de la Academia y sirvió de profesor tanto en la UCV como otras universidades de Caracas. Uno de sus logros como académico fue la aceptación de la palabra "millardo" (mil millones) por parte de la Real Academia Española.

Tras la muerte de Juan Vicente Gómez el 17 de diciembre de 1935, Caldera fue uno de los primeros en exponer, a través de una serie de artículos periodísticos, la necesidad de instaurar en Venezuela una legislación obrera moderna. Por tal motivo, Eleazar López Contreras le confió la subdirección de la Oficina Nacional del Trabajo, creada en febrero de 1936, en cuya condición vino a ser coautor de la Ley del Trabajo promulgada en julio de ese año.

En mayo de 1936 encabeza el grupo de universitarios que se separan de la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), para formar la Unión Nacional Estudiantil (UNE), matriz del futuro movimiento social cristiano nacional. Entre 1938 y 1945, se desempeñó como dirigente de las agrupaciones políticas Acción Electoral (1938), Movimiento de Acción Nacionalista (1939) y Acción Nacional (1942), de la cual es diputado ante el Congreso Nacional (1941-1944), así como docente universitario en la materia de sociología y derecho del trabajo.

Durante el desarrollo de lo que se ha denominado como el trienio adeco (1945-1948), se encargó de la Procuraduría General de la Nación, cargo al que renunció por conflictos con el partido de gobierno, AD. Al calor de la nueva situación política participó en la fundación, el 13 de enero de 1946, del Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI), concebido como un movimiento con ideas cristianas y bases populares. Luego de renunciar a su cargo de procurador en gesto de ruptura con la Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt, se dedicó a promocionar a COPEI, organización que se convierte en la primera fuerza de oposición del país.

Electo representante a la Asamblea Nacional Constituyente de 1946-1947, COPEI lo escogió como su candidato, para competir con Rómulo Gallegos (Acción Democrática) y Gustavo Machado (Partido Comunista de Venezuela), en las elecciones presidenciales a celebrarse en diciembre de 1947, en las que finalmente ocupó el segundo lugar. Consumado el fraude electoral de 1952, mediante el cual se desconoció el triunfo de Jóvito Villalba y su partido en las elecciones para escoger a los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente a celebrarse en diciembre de ese año, se consolidó Marcos Pérez Jiménez en el poder. A partir de este momento, Caldera y su partido sufren la hostilidad del nuevo régimen, la que llega a su clímax en 1957 con su prisión, como una medida destinada a contrarrestar las gestiones que pretendían presentar a Caldera como candidato de unidad de todos los partidos de oposición contra Pérez Jiménez en las elecciones presidenciales estipuladas para el final de ese año.

Para el derrocamiento de la dictadura de Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958 Caldera se encuentra en el exilio, de donde regresó para contribuir a la estabilización y consolidación junto a Rómulo Betancourt y Jóvito Villalba, del sistema democrático venezolano. En tal sentido, el pacto firmado en su residencia caraqueña bajo el nombre de Pacto de Punto Fijo el 31 de octubre de 1958, fue clave para el establecimiento de las reglas de un futuro gobierno democrático de coalición integrado por Unión Republicana Democrática (URD), Acción Democrática (AD) y COPEI y el desarrollo del Programa Mínimo de Gobierno encomendado a tal administración.

En las elecciones presidenciales llevadas a cabo el 7 de diciembre de 1958, Caldera obtuvo el tercer lugar de la votación detrás de Wolfang Larrazábal, siendo electo Presidente de la República, Rómulo Betancourt. Presidente de la Cámara de Diputados en 1959, Caldera contribuyó a mantener a COPEI hasta 1964 dentro de la coalición gubernamental resultante del Pacto de Punto Fijo y abandonada en 1960 por URD. En 1963 COPEI presentó de nuevo la candidatura de Caldera para las elecciones a celebrarse en diciembre de ese año, obteniendo esta vez el segundo lugar, resultando triunfador Raúl Leoni de AD.

En cuanto a la ruptura de COPEI con el Pacto de Punto Fijo, tenemos que el final del gobierno de Betancourt, también lo fue de la coalición AD-COPEI, ya que los socialcristianos deciden practicar con respecto al gobierno de Leoni una línea bautizada como de autonomía de acción. Finalmente como candidato por cuarta vez a la Presidencia de la República, triunfa en los comicios de 1968, derrotando a Gonzalo Barrios de AD. Entre las más significativas iniciativas de su gestión gubernamental, que definirá como nacionalismo democrático, se contarán en lo interno: la política de pacificación que facilitó la reincorporación al juego democrático del Partido Comunista de Venezuela y del Movimiento de Izquierda Revolucionario, en armas desde 1960; la reforma educativa; la nacionalización del gas y la regionalización del desarrollo; los programas de construcción de viviendas y de promoción popular y la denominada Conquista del Sur.

Presidencias

1969-1974

La primera presidencia de Rafael Caldera fue el tercero de los gobiernos del período democrático iniciado en 1958. Rafael Caldera llega al gobierno al ganar, como candidato del entonces principal partido de oposición, COPEI, las reñidas elecciones de diciembre de 1968 a Gonzalo Barrios, candidato de Acción Democrática, partido de gobierno. El triunfo fue por un margen de 30.000 votos: 1.082.712 para Caldera y 1.051.806 para Gonzalo Barrios. Esta fue la primera vez que un partido gobernante reconoció el triunfo electoral de un partido de oposición en Venezuela. A diferencia de los gobiernos anteriores de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, quienes habían contado con una amplia y estable base política, habían triunfado con ventaja importante y habían gobernado a través de coaliciones estables que les garantizaban la mayoría parlamentaria, Caldera obtuvo el triunfo con el 27% de los votos para Presidente y un apoyo parlamentario débil (22%) y fragmentado ya que parte de los parlamentarios que fueron elegidos en las planchas de COPEI no eran miembros de ese partido. Después de un infructuoso proceso dirigido a constituir un posible gobierno de coalición, Caldera y COPEI decidieron gobernar solos, convirtiéndose en el primer gobierno monopartidista después de 1958.

La agenda de gobierno de Caldera estuvo mayormente determinada por la resolución operativa de los problemas que planteaba la realización de los planes generales de desarrollo económico, estabilización y modernización política y asistencia social que se habían puesto en marcha en los gobiernos anteriores. Sin embargo, dentro de ese marco, cabe destacar varias políticas novedosas, pues hubo en efecto, algunos cambios pero dentro de la ya señalada continuidad básica de agenda y políticas, reforzada por la debilidad política del Poder ejecutivo.

En materia de Política Interior, el punto más importante en este campo fue la política de pacificación, mediante la cual se les ofreció la posibilidad de reincorporarse a la vida normal y a la lucha política legal a personas y grupos que habían participado en la subversión armada. La decisión de Caldera de ampliar y llevar hasta su término la pacificación fue de gran importancia, ya que requirió el despliegue de grandes dosis de voluntad y continuidad.

Su Política Exterior se vio marcada, en lo que respecta a América Latina, por la doctrina del pluralismo ideológico y la solidaridad pluralista por la cual se reconocía diplomáticamente a gobiernos de facto y se admitía la cooperación entre regímenes políticos de distinta naturaleza e ideología. Estas doctrinas sustituyeron a la Doctrina Betancourt y se tradujeron en el establecimiento de relaciones diplomáticas con todos los gobiernos latinoamericanos, democráticos o no, excepto Haití y Cuba y en una política de distensión con este último. En el campo mundial, hubo una apertura diplomática hacia el bloque socialista. Durante el gobierno de Caldera se venció el Acuerdo de Ginebra, firmado en 1966, con lo cual se planteaba de nuevo con urgencia en la agenda de la política exterior venezolana la cuestión de la Guayana Esequiba. El gobierno de Caldera decidió firmar con Guyana el llamado Protocolo de Puerto España (1970) mediante el cual se congeló la discusión sobre dicha materia durante 12 años.

En cuanto a relaciones económicas internacionales, durante la presidencia de Caldera ocurrieron varios hechos de importancia: la denuncia del Tratado de Reciprocidad Comercial con Estados Unidos (1972); la nacionalización de la explotación del gas (1971); la ley de reversión petrolera (1971); el aumento del impuesto a las compañías; la fijación unilateral de los precios de referencia del petróleo y como consecuencia de ello, en el transcurso de 1973, la violenta elevación de los precios del barril de petróleo de US$ 2 a 14. Cosa esta última determinante del cariz que adoptaría el panorama económico, social y político de Venezuela en los años que vendrían. Caldera y COPEI, como gobierno de entonces, por una parte y AD como principal partido de oposición, por la otra, no han cesado de disputarse la paternidad predominante de esa decisión de la fijación unilateral de los precios. Expresión de la apertura hacia América Latina y de la política económica internacional, fue el ingreso de Venezuela al Acuerdo de Cartagena o Pacto Andino, en febrero de 1973, luego de laboriosos procesos de negociación: la firma del Acuerdo por Venezuela se verificó en Lima por la intervención directa en esa ciudad del presidente Caldera, quien acababa de realizar una gira oficial por Colombia, Ecuador, Chile, Argentina, Bolivia y Perú.

El gobierno de Caldera convirtió en parte de su agenda y de su política la reanudación de los procesos de ocupación del territorio venezolano. El objeto de esta iniciativa fue el sur, Guayana, y hacia allá se dirigió un volumen importante de recursos humanos, económicos y decisorios que constituyeron la política denominada La Conquista del Sur. La ejecución de tal política, aunque quedó muy detrás de los importantes planes que la enmarcaban, es significativa de la continuación de la tendencia a ocupar efectivamente el territorio jurídicamente nacional.

En lo económico, el gobierno de Caldera se orientó hacia el mismo tipo de objetivos genéricos de las administraciones anteriores: diversificación económica, aumento de las exportaciones no tradicionales, ampliación del mercado interregional, mayor equidad distributiva, disminución de la vulnerabilidad alimenticia. Lo hizo así, dentro de una misma idea de Estado interventor, empresario y asistencialista, con variaciones en las políticas económicas específicas que aparecen como menores desde una perspectiva panorámica y retrospectiva como ésta. Aunque, desde luego, su mayor o menor acierto técnico den cuenta de buena parte de las mejoras o del empeoramiento en el desempeño de la economía.

Los resultados obtenidos en esos campos fueron evaluados en un informe elaborado en 1974 por el Banco Interamericano de Desarrollo, donde se presentó una visión favorable, al menos en las tasas de crecimiento global. El proceso de desarrollo institucional del Estado tuvo bajo el gobierno de Caldera varios jalones importantes. El proceso de regionalización y de planificación de la Administración Pública dio pasos significativos, con implicaciones potenciales en cuanto a la descentralización del Estado, implicaciones cuya traducción práctica aún no se ha dilucidado ni llevado a término. La promulgación de la Ley de Carrera Administrativa en 1970, fue un paso fundamental hacia la estabilidad y continuidad del cuerpo de funcionarios de la Administración Pública. En ese mismo sentido, esta vez en relación con el Poder Judicial, es importante la creación del Consejo de la Judicatura en 1970, mediante una ley que produjo una oposición frontal entre el presidente de la República y la mayoría del Congreso Nacional a propósito del procedimiento para designar a los miembros de aquel cuerpo.

Durante el gobierno de Caldera ocurrieron varios hechos políticos de importancia, sea porque cambiaron la estructura del juego político nacional, sea porque excluyeron de él a algunos participantes potencialmente disruptivos. El primero de esos hechos fue la división del Partido Comunista que dio origen al Movimiento al Socialismo (MAS); el otro hecho fue la Enmienda Constitucional núm. 1, por la cual se excluye de la posibilidad de ser elegidos presidente de la República y otros cargos a personas "...que hayan sido condenadas a penas de presidio o prisión superior a tres años o por delitos cometidos en el desempeño de funciones públicas o con ocasión de éstas..." Esta enmienda estaba directamente dirigida contra Marcos Pérez Jiménez, de quien hacía casi un retrato hablado. El partido que respaldaba a Pérez Jiménez, la Cruzada Cívica Nacionalista, había obtenido 408.351 votos en las elecciones de 1968 y según parece, las encuestas realizadas en los meses anteriores a la enmienda daban un porcentaje importante de votación al ex mandatario, si acaso decidía lanzarse como candidato en las elecciones de 1973. Durante el período del presidente Caldera fueron fundadas 28 instituciones públicas y privadas de nivel universitario que se agregaron a las 9 hasta entonces existentes, dándole una considerable expansión al sistema educativo superior mientras que dejaban de funcionar las escuelas técnicas, en virtud de la creación de un Ciclo Diversificado en diferentes especialidades técnicas en el bachillerato.

1994-1999

En su gabinete integra a políticos de las formaciones que le apoyaron como los representantes del partido MAS, Teodoro Petkoff en la cartera de finanzas, y Pompeyo Márquez en el ministerio de fronteras; así como algunos independientes en los otros ministerios. En cualquier caso el apoyo del MAS y de otros partidos fue fundamental para poder aprobar las leyes en el Congreso Nacional en sus primeros años de gobierno, debido a los pocos escaños en el parlamento conseguido por su partido Convergencia. El 18 de diciembre de 1994 inaugura el tramo Plaza VenezuelaEl Valle de la Línea 3 del Metro de Caracas, iniciado en gobiernos anteriores. En 1996 recibió la segunda visita del papa Juan Pablo II, que decidió bendecir a los presos del Retén de Catia en el oeste de la ciudad de Caracas (poco después dicha prisión fue demolida).

En el primer año de su segundo gobierno tiene que manejar una fuerte crisis financiera que se inicia con la intervención del Banco Latino que había quebrado en el gobierno interino de su predecesor en la presidencia Ramón José Velásquez, después de la destitución de Pérez, continuó con el derrumbe e intervención de una decena de instituciones bancarias y culminó con la fuga de capital por concepto de auxilios financieros otorgados por el Estado a la banca, miles de ahorristas afectados y un grave desequilibrio en la economía de Venezuela. La confianza y credibilidad de venezolanos y extranjeros en las instituciones bancarias fue afectada gravemente. Más de setenta mil medianas y pequeñas empresas quebraron, fundamentalmente por el control de cambio impuesto por el gobierno, que dificulta la obtención de divisas para adquirir insumos.

Caldera en el poder nuevamente hubo de manejar una vertiginosa espiral inflacionaria y un paralelo descenso de las reservas de divisas, empleadas generosamente para el sostenimiento del bolívar frente al dólar. El 27 de junio anunció la suspensión con carácter temporal de algunas garantías constitucionales, fundamentalmente las relacionadas con la propiedad privada y la libre actividad económica, que supuso el control estatal sobre el mercado de cambios, el sistema bancario y los precios. Las entidades financieras en bancarrota por la fuga de capitales y las afectadas por prácticas especulativas iban a ser intervenidas y saneadas por el Estado, y de hecho el Banco Central de Venezuela (BCV) anunció la suspensión inmediata de todas sus operaciones de compra-venta de dólares. Dado lo extraordinario de la situación, las medidas fueron toleradas por los medios de comunicación y la comunidad internacional, pero no por el pueblo venezolano.

Aunque Caldera prometió durante su campaña no acudir jamás ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), debió hacerlo ante la crisis económica. El nulo efecto de la práctica intervencionista en la economía del país, hace que Caldera anuncie el programa llamado Agenda Venezuela que prometía restablecer el equilibrio macroeconómico y apalear la inflación. Aplicando medidas tildadas por sus detractores como "de corte neoliberal" de acuerdo con las recomendaciones del FMI, que hasta entonces se había resistido a adoptar. Así, se devaluó el bolívar en un 70%, el control de cambio fue levantado, los combustibles se encarecieron en un 800%, se liberalizaron los tipos de interés (el IVA subió a 16,5%), se continuó el proceso de privatización de los activos del Estado y se avocó a la disciplina en el gasto público, que no surtieron efectos debido a la crisis económica mundial en ese momento. Está medidas fueron bien acogidas en el exterior, pero no en el país, en donde fueron frecuentes las manifestaciones y disturbios de la población venezolana que se sentía afectada negativamente.

En 1997, una comisión tripartita, conformada por el sector empresarial, laboral y Gobierno, asumieron la reforma del régimen de prestaciones sociales, tras la revisión profunda de la Ley Orgánica del Trabajo. La labor de la comisión tripartita quedó plasmada en un sistema de prestaciones sociales que preveía, entre otras cosas, su pago anual y no al cese del desempeño laboral como se hacía anteriormente; al mismo tiempo, se establecieron cinco subsistemas de seguridad social con la finalidad de mejorar la actividad del Poder Ejecutivo en la resolución de los problemas básicos de los trabajadores venezolanos.

También en el Gobierno de Caldera se inició un proceso de apertura petrolera que muchos catalogaron como el preludio a la privatización del sector; sin embargo se llevó a cabo aglutinando esfuerzos del sector privado, nacional e internacional, para la explotación, exploración y refinamiento de petróleo y gas natural. La crisis mundial en los mercados del crudo influyó negativamente en este proceso.

Debido a diferencias con partidos de la coalición gubernamental como el MAS, Caldera buscó el apoyo de la principal fuerza legislativa el partido AD, donde algunos de sus miembros entraron en su gabinete.

Durante el gobierno de Caldera fueron sobreseídos y salen en libertad los militares responsables de los intentos golpistas de 1992, que se agruparon en el partido político Movimiento V República (MVR), dirigido por Hugo Chávez, para lograr el apoyo de los grupos de izquierdas a su precario gobierno de minoría parlamentaria.

El segundo período de gobierno de Caldera sentó las bases del ascenso de Hugo Chávez a la presidencia de la república. La caída de los partidos tradicionales y el movimiento populista iniciado por Caldera, dieron pie a Chávez para iniciar su propio movimiento, el cual se cristalizó al legalizar el partido MVR proveniente del MBR-200, que logró una clara victoria en las elecciones presidenciales de 1998.

Fuente

Gobierno de Caldera. Diccionario de Historia de Venezuela en sus versiones papel y multimedia.

Notas y referencias