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Aimé Bonpland

De La Venciclopedia

Aimé Jacques Alexandre Goujaud fue un naturalista, médico y botánico nacido en la parroquia Saint-Maurice, La Rochelle, Francia, el 28 de agosto de 1773, y fallecido en Santa Ana, Misiones, Argentina, el 10 de mayo de 1858. Se le conoce por el apellido Bonpland, pero este era en realidad el apodo por el que lo llamaba su padre.[1] Entre 1799 y 1804, Bonpland acompañó a Alejandro de Humboldt en un extenso recorrido de unos 9650 kilómetros por América, incluyendo Venezuela, donde recolectaron unas 6000 especies de plantas[2] (alrededor de 3000 desconocidas hasta entonces), animales e hicieron anotaciones sobre los países en general. En Venezuela, el tercer pico más alto de la Sierra Nevada de Mérida, el pico Bonpland, fue bautizado en su honor.[3] Sus viajes y descubrimientos fueron descritos en 23 volúmenes publicados como Voyage aux regions equinoxiales du nouveau continent, fait en 1799-1804, y acreditados tanto a Bonpland como a Humboldt.
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Nacimiento
Fecha 28 de agosto, 1773
Lugar La Rochelle, Francia
Muerte
Fecha 10 de mayo, 1858 (85 años)
Lugar Santa Ana, Misiones, Argentina
Perfil
Profesión Naturalista, médico, botánico

Biografía

Los padres de Bonpland fueron Marguerite-Olive de la Coste y Simon-Jacques Goujaud, médico y jefe de cirugía en el hospital de La Rochelle. Su educación la realizó en escuelas locales hasta que junto a su hermano Michel Simon, fue enviado a París a estudiar medicina. En esta época, Bonpland desarrolló un marcado interés por la historia natural, por lo que hizo amistad con algunos de los más celebres científicos de su tiempo. En botánica, recibió la influencia de Antoine Laurent de Jussieu, primero en proponer una clasificación para las angiospermas, y René Louiche Desfontaines, quien había descrito 300 nuevas especies en Túnez y Argelia.[4]

Bonpland permaneció en París entre 1791 y 1794, fecha en que fue llamado al servicio militar por la República Francesa. Sirvió como cirujano naval en el puerto de Tolón hasta que terminó el servicio en 1795, y regresó a París ese mismo año. En esa ciudad continuó sus estudios, pero las ciencias naturales poco a poco empezaron a ser más importantes que la medicina. También empezó a interesarse en viajar y explorar el mundo, lo cual creía podía ser una gran fuente de conocimientos de historia natural.

Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland al pie del Chimborazo. Gemälde von Friedrich Georg Weitsch (1810)

En 1799, Bonpland conoció a Alejandro de Humboldt, cuatro años más joven, por casualidad. Según Humboldt al salir del hotel donde vivía siempre se conseguía a un muchacho con un bolso de botánico en el hombro. "Este era Bonpland y de esta forma fue que nos conocimos".[5] La amistad entre ellos se desarrolló rápidamente, y poco después se convirtió en el asistente de Humboldt en sus travesías. Esta unión, con Humboldt de científico y Bonpland de observador, produjo inmensos resultados, pero terminaría por separarlos al buscar el último méritos propios, llegando incluso a afirmar al final de sus días que mucho de lo que Humboldt había declarado como descubrimiento propio, en realidad era de él.[6] Esto a pesar que Bonpland, oficialmente y aparte de la amistad que les unió, era un asistente de Humboldt en las expediciones.

La primera de ellas fue una fallida expedición al África en 1799, en la cual Humboldt planeaba visitar Argel con el ejército de exploración de Napoleón. Como esto no fue posible, los dos científicos viajaron a hasta Marsella y de allí a España, que todavía estaba en paz con Francia.[7] En este país, Humboldt y Bonpland recogieron centenares de muestras vegetales e hicieron mediciones magnéticas, geográficas y meteorológicas. Ese mismo año, el embajador de Sajonia ante la corte de Madrid, Philippe von Forell, se ofreció a interceder ante el Ministro español Mariano Luis de Urquijo para conseguir un permiso de viaje a las colonias españolas en América, las cuales estaban cerradas a los extranjeros.

Verbesina Turbacensis H.B.K. planta recogida por Bonpland en Turbaco, en 1801

Como Humboldt era miembro de la nobleza alemana y ya había establecido su reputación como científico, la petición no tardó en ser aprobada por el Rey Carlos IV, ante quien Humboldt tuvo que aplicar en persona. La única condición notable fue que pagara por el viaje él mismo, lo cual no era problema ya que además de noble, Humboltd era bastante rico. Este salvoconducto le dio a él y a Bonpland acceso a tierras americanas como nunca antes se había permitido a ninguna otra persona, lo cual se debió en parte a que la corona creía que se podían descubrir nuevos yacimientos minerales o formas diferentes de explotar los ya descubiertos, ya que la última expedición científica a América se había llevado cabo en 1735 y "geográficamente era territorio virgen".[8]

A mediados de mayo Bonpland y Humboldt partieron hacia La Coruña y se embarcaron en el "Pizarro", un barco de correos con destino a Cuba, el 4 de junio siguiente. Entre 1799 y 1804, los viajeros recorrieron Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Cuba, México, los Estados Unidos y reunieron unas 6.000 plantas que fueron descritas en 7 volúmenes publicados en París entre 1815 y 1825 bajo el título Nova genera et species plantarum quas in peregrinatione ad plagam aequinoctialem orbis novi collegerunt Bonpland et Humboldt. El libro fue escrito entre Humboldt y el botánico Carl Sigismund Kunth, asistente reclutado por el último entre 1813 y 1819 para cubrir a Bonpland, que aunque un arduo explorador, no tenía el nivel literario que Humboldt requería para su obra.

De regreso a Europa, y por intermedio de Jean-Nicolas Corvisart, médico de la emperatriz Josefina Bonaparte, Bonpland fue comisionado como superintendente de los jardines del Château de Malmaison y Navarra. Además, por recomendación de Humboldt, recibió una pensión anual de 3000 francos, aparte de su salario, por el herbario que entregó al Jardín Botánico de París, o Jardin des Plantes. Durante su estancia en París, Bonpland se casó con Adeliane Bonpland, de quien se separaría más tarde en Argentina. De su experiencia en los jardines, se inspiró para escribir Description des plantes rares cultivées à Malmaison et à Navarre, libro sobre las plantas en el jardín de Josefina.

Bonpland permaneció al servicio del Château de Malmaison hasta 1814, fecha en la que murió la emperatriz, y en 1816 se embarcó para una segunda expedición de América, esta vez a Argentina. Llegó a Buenos Aires el 26 de noviembre, donde fue recibido con gran entusiasmo y nombrado profesor de Historia Natural, cargo que ocupó por poco tiempo debido a desavenencias con políticos y científicos locales.[9] En 1820, inició un viaje para explorar las Pampas, la Provincia de Santa Fe, el desierto de Gran Chaco y penetrar a través del distrito de Bolivia el pie de los Andes. Desafortunadamente, durante el curso de la expedición entró en territorio en disputa entre Argentina y Paraguay.

Antes del viaje Bonpland le había escrito a José Gaspar Rodríguez de Francia, dictador de Paraguay, para que le diera permiso de explorar, pero Francia, sospechoso de que fuera un espía argentino, lo atacó la noche del 3 de diciembre de 1821, mató a sus acompañantes y lo llevó encadenado hacia el interior de Paraguay, donde fue condenado a cautiverio en la población de Santa Maria.

Durante los nueve años que permaneció en cautiverio, fue empleado por Francia como cirujano de un fuerte y como consejero en materia de agricultura, pero sus movimientos estaban limitados a pesar de las muchas personalidades e instituciones que trataron de conseguir su libertad, entre ellos Humboldt, Adeliane Bonplandt[10] y Simón Bolívar. Este último incluso llegando a amenazar a Francia en una carta personal de fecha 22 de octubre de 1823, donde señala que espera la liberación de Bonpland "pues sería capaz de marchar hasta el Paraguay solo por libertar al mejor de los hombres y al más célebre de los viajeros."[11]

Ninguno de estos esfuerzos tuvo efecto alguno, y Francia no liberó a Bonpland hasta 1831. Una vez libre, Bonpland abandonó a la mujer con que vivía, una india paraguaya llamada María, hija de un cacique de la familia de los Pañá con quien tuvo dos hijos, Amado y María, pero con la que no se podía casar por la prohibición de Francia de casamientos con extranjeros.

Durante sus últimos días se dedicó a recorrer las misiones brasileñas, se estableció por corto tiempo en Buenos Aires y luego en San Borja, donde continuó recolectando plantas y se unió a una tercera y última mujer, Victoriana Cristaldo, quien lo abandonó algún tiempo antes de morir.[12]

Bonpland y Humboldt en Venezuela

Humboldt y Bonpland en la selva amazónica del río Casiquiare. Eduard Ender, c. 1850

Después que Humboldt y Bonpland salieron de España, el Pizarro tomó rumbo hacia La Habana, primera escala del viaje. Pero el itinerario tuvo que ser cambiado tras desatarse una epidemia en la embarcación que los obligó a desembarcar en Cumaná el 16 de julio de 1799. Desde allí, los exploradores recorrieron la península de Araya, el Valle de Caripe, la Cueva del Guácharo, las misiones de San Fernando y otros lugares del oriente venezolano. Seguidamente partieron hacia La Guaira haciendo escala en Higuerote, desde donde Bonpland continuó el viaje por tierra. El 20 de noviembre llegó la expedición a La Guaira y al llegar a Caracas son recibidos por el Gobernador y Capitán General Manuel de Guevara Vasconcelos.

Ya instalados, ambos viajeros se dedicaron a explorar los alrededores de la ciudad, ascendiendo el Cerro El Ávila el 2 de enero de 1800. Luego partieron hacia los Valles del Tuy y Aragua, visitaron Antímano, La Victoria, Turmero, Maracay, Valencia, Guacara, Las Trincheras y Puerto Cabello. De allí bajaron hacia los llanos centrales pasando por Calabozo y San Fernando de Atabapo en camino al Orinoco y San Carlos de Río Negro. Una vez en el Sur, exploraron el Orinoco y sus afluentes, visitaron Angostura y desde El Pao viajaron hasta Barcelona y luego a Cumaná, terminando allí la exploración del territorio venezolano. Entre muchos otros logros, Humboldt y Bonpland fueron los primeros europeos en observar indígenas preparando curare y descubrieron el Canal del Casiquiare, el único canal natural del mundo que conecta dos ríos de importancia, el Orinoco en Venezuela y el río Negro en Brasil.[13]

En términos generales, la expedición se ocupó del estudio de los recursos naturales (flora, fauna, minerales, ríos, suelo, fenómenos, etc.) así como también de la observación de las costumbres indígenas y del resto de la sociedad. Bonpland fue el encargado de recolectar las plantas, la mayoría de ellas desconocidas para la época, y de colaborar con Humboldt en la redacción posterior de varios trabajos. Durante el tiempo que estuvo en Venezuela, Bonpland sufrió de varias enfermedades, y en una ocasión hasta fue asaltado por un maleante que le ocasionó una concusión de la que no se recuperó por tres meses.[14]

Otra anécdota importante sucedió en 1800, cuando Humboldt y Bonpland estudiaban el Canal del Casiquiare y cruzaron accidentalmente la frontera hacia Brasil. Ambos fueron tratados como espías por las autoridades portuguesas, arrestados y sus instrumentos decomisados. Las razones aparecieron en la "Gazeta da Colônia" del 2 de julio de 1800.

"La Corona Portuguesa ha dado ordenes al Capitán General Francisco Maurício de Souza Coutinho, Gobernador de Pará, de evitar que Humboldt viaje por territorio brasileño...un cierto Barón von Humboldt, de Berlín, ha estado viajando por el interior de América, haciendo observaciones astronómicas para rectificar ciertos errores en los mapas existentes y recolectar plantas...Bajo este pretexto este extraño puede esconder planes para la propagación de nuevas ideas y nuevos principios religiosos entre los leales súbditos de este dominio. Su excelencia, [el gobernador de Pará] debería investigar el caso...; de lo contrario, seria extremadamente peligroso a los intereses políticos de la corona portuguesa, si ese fuese el caso..."[15]

A pesar de lo alarmista, Bonpland y Humboldt apenas pasaron una noche en la cárcel, y al día siguiente les devolvieron todos sus instrumentos y colecciones.

En septiembre de 1801, la expedición partió hacia Cuba, Nueva Granada, Quito, Perú, Nueva España y Estados Unidos, para finalmente concluir en Burdeos el 4 de agosto de 1804. Ya en París ambos se dedicaron a ordenar y analizar el material recolectado y se publicaron varias obras en conjunto. Los trabajos realizados entre ambos tienen la abreviatura H. & B..

Enlaces externos

Referencias

  1. Diccionario histórico argentino. Ricardo Piccirilli, pag. 628. 1953.
  2. Life of Alexander Von Humboldt: Compiled in Commemoration of the Centenary of His Birth. Julius Löwenberg, pag. 397. 1873
  3. Los picos más altos del estado Mérida. Gustavo Adolfo Silva León, pag. 397. Saber-ULA. Revista geográfica venezolana, 2001. ISSN 1012-1617, Vol. 42, núm. 1.
  4. Aimé Bonpland. Robert F. Erickson. Missouri Botanical Garden's digital library.
  5. H. W. Dove. Gedachtnissrede auf Alexander von Humboldt, pag 9. 1869. Berlin.
  6. The last days of Aimé Bonpland. Apéndice de Life of Alexander Von Humboldt. Robert Avé-Lallemant, pag 405. 1873.
  7. Cronología de Alejandro de Humboldt. Museo Nacional de Colombia. S/F.
  8. Humboldt y el cosmos. Botting, Douglas, pág. 16. Primera edición. 1981. Barcelona: Ediciones del Serbal.
  9. Life of Alexander Von Humboldt: Compiled in Commemoration of the Centenary of His Birth. Julius Löwenberg, pag. 400. 1873.
  10. El Supremo dictador Julio Cesar Chávez, pag. 5. Cap. XXIX. 22 de octubre de 1823. Biblioteca Virtual del Paraguay
  11. Cartas con Gaspar Rodríguez de Francia et al. sobre Aimé Bonpland. Simón Bolívar, 22 de octubre de 1823. La Bitblioteca.
  12. El polifacético Aimé Bonpland. Alfredo Boccia Romañach. Fundación de Historia Natural Félix de Azara, 2001.
  13. Personal narrative of travels to the equinoctial regions of America, during the years 1799-1804. Wilhelm H. Alexander Humboldt, pag 445. 1885.
  14. Off the Map: Tales of Endurance and Exploration. Fergus Fleming. 2006. Open City Books. ISBN 0802142729
  15. Under the southern cross. Stories around Humboldt and Bonpland's trip to the New Continent. E.O. Lavilla. Lat. Am. Appl. Res., oct./dic. 2004, vol.34, no.4, p.203-208. ISSN 0327-0793